Fotografías conflictivas

Un lector me escribía recientemente reclamando a EL PAÍS “contenidos, no imágenes”. Me temo que el periodismo no evoluciona en el sentido que mi comunicante desearía. Es evidente —sólo hay que ver las posibilidades multimedia del soporte digital— que vamos hacia un uso cada vez mayor de la imagen. Las fotografías tienen un gran valor en la comunicación. También enorme impacto, lo que genera, a veces, polémica. Es lo que ha ocurrido con las publicadas en la edición digital del 20 de octubre, y en la edición impresa del 21, incluida la portada. Me refiero a las imágenes del atropello de un colono israelí, cerca de Hebrón, al que se podía ver con claridad aplastado bajo las ruedas de un camión conducido por un palestino. Varios lectores me han escrito para quejarse.

“¿Ustedes son conscientes de que esa foto la puede ver cualquier niño?”, escribía Carlos, que calificaba la publicación de las fotos de “repugnante”.

“Lo que no entiendo y me provoca arcadas es que se muestre el atropello, aparentemente accidental, de un colono judío con absoluto detalle y en alta definición, poniendo en la página principal una foto de ese pobre hombre bajo las ruedas, milisegundos antes de morir”, escribía David Fernández.

Mireia Masgrau declaraba su decepción en otro correo. “No creo que un periódico como EL PAÍS tenga la necesidad de publicar fotos sensacionalistas como la que publica haciendo referencia al ‘momento en que un colono judío es atropellado”.

EL PAÍS reconocía en páginas interiores que el incidente era confuso

También ha provocado quejas el texto de la fotonoticia de portada, en el que se señala: “En la reciente escalada de violencia en Israel y Palestina, el atropello se ha convertido en otro arma de ataque”, sugiriendo que el incidente en cuestión pudiera haber sido premeditado. En la página 7 se informaba, no obstante, de que el camionero se había entregado a la policía palestina y había declarado que arrolló al colono accidentalmente. Jorge Corral Alza pregunta en su correo por qué el titular de portada “sitúa el hecho como un ataque premeditado, sumándolo, aun sin mencionarlos, a los ataques con arma blanca de las últimas semanas. Existiendo margen para la duda ¿por qué se coloca la noticia en primera página y con esa entradilla?”.

He trasladado las quejas y la pregunta al director adjunto del periódico, David Alandete, que responde lo siguiente:

“El equipo de fotografía recibió 17 instantáneas del atropello en Hebrón que, tras ser escrutadas, demuestran claramente que éste fue intencionado y un ataque consciente que acabó con la vida del colono. Creo que, pese a su dramatismo, la imagen elegida cumple con el principio del Libro de Estilo que establece que “las imágenes desagradables sólo se publicarán cuando añadan información”. Sobre la relevancia del momento que refleja, Israel y Palestina sufren una grave oleada de violencia de la que se ha dado fe en la portada del diario y en las crónicas de nuestro corresponsal en la zona. Tal y como este diario ha contado, se ha registrado sobre todo un incremento de apuñalamientos, pero también de atropellos intencionados: han sido cinco en las últimas semanas. Tanto es así que el Ejército israelí ha dividido en su página web las víctimas por tipo de ataque: de arma de fuego, de arma blanca y atropellos”.

El Libro de Estilo fija un criterio muy subjetivo sobre las fotografías. No comparto el que se aplicó en este caso, sobre todo en lo relativo a la foto de portada.

En cuanto al atropello, comprendo que levantara sospechas de ser premeditado a la luz de los ataques que cita Alandete, pero era una hipótesis sin confirmar. El pie original de la fotografía de Reuters que se publicó en portada señala que ni la policía palestina ni la israelí dijeron nada respecto a que el atropello fuera deliberado. El británico The Daily Telegraph, uno de los pocos diarios de calidad que recogió en su web las imágenes, califica los hechos de “poco claros”. Más o menos lo mismo que EL PAÍS. En la página 7 de la edición impresa de ese día, se afirma: “Las fuerzas de seguridad todavía no han aclarado el confuso incidente”.