La violencia es un recuerdo en la zona más castigada por ETA
Siempre evitó tocar "el tema". Tan solo una vez se sinceró y le pidió que dejara la política: "Al final te van a pegar un tiro y yo me voy a quedar huérfano. ¿Por qué no te sales de todo eso?", cuenta Manuel, nombre ficticio, que quiere preservar su identidad. Entonces era un crío, pero ahora es un hombre de mirada templada, que esboza una sonrisa seria al recordar que, como a todos los hijos de ediles amenazados por ETA, la vida le puso "algunos obstáculos". "Me mantenía al margen, o lo intentaba", comenta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.