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Tentaciones

De ‘True Detective’ a ‘Beasts of no nation’: las guerras de Cary Fukunaga

¿Es el director de la primera película de Netflix el verdadero talento tras la serie policíaca?

Héctor Llanos Martínez
Idris Elba y Cary Fukunaga durante el rodaje de 'Beasts of no nation'
Idris Elba y Cary Fukunaga durante el rodaje de 'Beasts of no nation'

Cada vez que un exitoso binomio creativo se separa, nos queda el morbo de descubrir entre sus proyectos en solitario cuál era la mitad más talentosa. Nos pasó con Alejandro González Iñárritu y su ex-guionista de cabecera, Guillermo Arriaga, e incluso con los Cruz y Raya. El escritor y guionista Nic Pizzolatto y el director Carey Fukunaga parieron juntos True Detective, uno de los prodigios televisivos de la pasada temporada. La serie quedó desde el principio ligada al nombre del primero pero, tras una decepcionante segunda tanda de espisodios en la que Fukunaga no ha participado, muchos se preguntan si él era el verdadero talento tras la serie policíaca. Al fin y al cabo, un magistral plano secuencia se dirige y no se escribe. Desde las primeras entrevistas promocionales, antes incluso de que el capítulo piloto viese la luz, ya era evidente la mala sintonía entre ambos creadores cada vez que se les preguntaba al uno por el otro.

Pronto el japo-americano quedó fuera del proyecto, con un titulo de productor ejecutivo casi honorífico (de hecho ni siquiera ha visto los nuevos capítulos) y se ha dedicado a rodar la primera película de la historia de Netflix. Ahora, el canal de televisión llega a España y con él Beasts of no nation, un peliculón sobre la experiencia de un niño soldado en plena guerra civil de un país indeterminado de África. El protagonista, Abraham Attah, pasó en cuestión de días de niño de la calle a enfrentarse en la ficción con Idris Elba y, poco después, a ganar premios como el de mejor actor joven en el Festival de Venecia.

El rodaje de cinco semanas en Ghana fue de los que merecen una película por sí mismos, repleto de accidentes laborales, enfermedades e incluso extorsiones. Algunos actores locales, conscientes de que se trabajaba a contrarreloj, amenazaban con no volver a aparecer por el set si no obtenían repentinas subidas de sueldo. Otra carga más para Fukunaga, quien tuvo que colocarse la cámara al hombro después de que el operador se lesionara nada más aterrizar en África.

En la acomodada industria del cine la cosa ha sido igual de agitada. En algunos países la cinta ha llegado a salas comerciales a la vez que a las pantallas de Netflix y se ha liado. Las principales multisalas estadounidenses, entre ellas AMC y Regal, se han negado a programarla, ante la enorme competencia que supone para ellas el canal de televisión. La película tiene además opciones a aparecer en alguna de las candidaturas de los Oscar, que serían las primeras para Netflix. A pesar de todas las batallas a las que se enfrenta y a un paso de hacer historia, el director es un tipo sincero aunque muy diplomático y asegura no alegrarse de la desgracia ajena.

Tentaciones: Teniendo en cuenta que es más barato la suscripción mensual de un canal de televisión por internet que una entrada de cine en el centro de Londres o Nueva York, no es de extrañar que algunas salas hayan puesto el grito en el cielo con el estreno de Beasts of no nation.

CF: Yo pedí que la película se estrenara en cines, pero nunca dije que ocurriera a la vez. Para mí era importante salvaguardar de algún modo la experiencia cinematográfica en una sala de proyección, qué el público tuviera ambas opciones. Al ser un estreno simultáneo he renunciado a que se programe en muchas salas de cine, aunque sin duda con Netflix la película llega a más gente.

"Casi todos los días pensaba que no íbamos a acabar la película"

Y encima durante el rodaje en Ghana os pasó de todo. ¿Cuántas veces pensaste que no ibas a terminar la película?

Casi todos los días. Sin exagerar. Antes de empezar pillé una neumonía y, una vez allí, no sabíamos si nos iban a secuestrar, si el Ejército iba a aparecer por allí, si íbamos a tener armas, munición, efectos especiales o si algunos actores iban a volver a aparecer… Cada paso era tan complicado, en especial cuando ya estábamos a mitad de rodaje, que tuvimos que eliminar escenas por falta de tiempo. De verdad que no sabía si íbamos a lograrlo.

¿Por qué te interesaba rodar una guerra civil en África?

Cuando tenía cinco años me llamaban tanto la atención los dibujos animados como las noticias de la mañana. Supongo que desde entonces he estado interesado en lo que pasa en el mundo en general, no necesariamente en los detalles mundanos de mi propia vida.

Lo de True Detective no es nada al lado de esta historia sobre la violencia en torno a los niños soldado.

A título personal fue complicado desde el punto de vista psicológico estar tanto tiempo involucrado con un tema así. Convivir con los hechos que mostramos en la película me llevó a un lugar muy oscuro. Desde que empecé con la investigación previa me enfrenté a imágenes y testimonios complicados de olvidar y, al tener que rodar algunos de ellos, se hizo duro.

¿Por qué crees que un relato tan oscuro y poco accesible para el público general como True Detective se hizo tan popular?

La gente tenía ganas de este tipo de programas y no supimos verlo antes. No me di cuenta de ello hasta que ocurrió. Yo estaba igual de sorprendido. Cuando me llegó el guión lo disfruté mucho y despertó mi curiosidad. Yo acepto un proyecto sin meditar antes cómo lo va a recibir el público. Soy muy malo adivinando ese tipo de cosas así que, cuando un proyecto funciona, siempre me llevo una sorpresa agradable.

¿Qué se te pasa por la cabeza ahora que los espectadores no están muy satisfechos con los nuevos episodios y no paran de decir que eras el verdadero talento tras la serie?

Creo que no es justo para el resto de gente involucrada. Además, no me alegra porque sigo apareciendo como productor ejecutivo y quiero que la serie funcione pase lo que pase. Como director, entiendo una película como el fruto de una colaboración. Jamás pondría la final de los créditos eso de “una película de”, como hacen otros directores. Sería imposible que una persona hiciera el trabajo ella sola. En mi caso es un esfuerzo en conjunto con mis guionistas, los departamentos técnicos y, en especial, con los actores. Claro que soy una parte muy importante de las cosas que dirijo, pero no la única; hay mucho otro talento, ingenio, experiencia y pasión involucrados.

¿Volverías para dirigir la tercera temporada si te lo pidieran?

Es muy probable que tenga otros compromisos y no pueda estar disponible para la tercera temporada pero quién sabe en el futuro. Mi decisión solo dependería de lo que esté haciendo en ese momento y ahora mismo estoy preparando un par de series.

La televisión por internet es perfecta para el binge-watching (verse temporadas enteras del tirón). ¿Eres consumidor de este tipo de tele? ¿Cuántos capítulos de series eres capaz de tragarte en un día?

Estoy suscrito a Netflix desde el 2002 y, cuando trabajo mucho, apenas veo nada. Otras veces puedo ver 3 o 4 capítulos en un día. Pero no más…

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Sobre la firma

Héctor Llanos Martínez
Redactor especializado en nuevas narrativas audiovisuales (streaming, pódcast, redes sociales) y en el género documental, con varios años como autor del blog 'Doc&Roll'. Formado en Agencia Efe y elmundo.es, antes de llegar a Verne y la sección de Madrid de El País, escribió desde Berlín para BBC, Deutsche Welle, Cineuropa, Esquire o Yorokobu.

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