La capital de Turkmenistán intenta escapar de su reciente pasado soviético con obras faraónicas financiadas con el maná del gas. Recorremos un escenario inquietante que rebosa iconos de megalomanía y cuya estética oscila entre Las Vegas, Dubái y Pyongyang
Aquí no hay nadie. El barrio de Berzengi ostenta un récord Guinness: alberga la mayor concentración de edificios de mármol blanco del mundo. Nadie camina por este barrio. Ni se divisan vehículos.Amos Chapple (Getty)Puño de hierro, kilos de oro. Estatua de oro de Niyázov, quien ejerció el poder absoluto en Turkmenistán de 1985 a 2006.Amos Chapple (Rex)A pleno sol. Panorámica de la capital de Turkmenistán y de sus edificios de mármol blanco en el centro de la ciudad.Amos Chapple (Getty)Mercurio. Termómetro gigante coronando una rotonda y pantalla que emite vídeos ceremoniales en el centro de Ashgabat.Amos Chapple (Rex)Omnipresencia. Es difícil recorrer unos centenares de metros en Ashgabat sin sentirse contemplado por alguna foto del mandatario Berdimuhamedov.Amos Chapple (Getty)Una escena en el interior del Alem Entertainment Centre.Amos Chapple (Rex)