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Tentaciones

El profesor que quería ser David Bowie

Will Brooker, doctor de la universidad de Kingston, ha decidido pasar un año entero adoptando las diversas fases del duque blanco para comprender mejor su figura

Imagen de la cuenta de Twitter de Will Brooker
Imagen de la cuenta de Twitter de Will Brooker

El pasado 15 de julio, el profesor universitario Will Brooker asistió a un congreso en Melbourne, en calidad de experto en la obra de David Bowie. Lo que en teoría podría ser una jornada normal se convirtió, según sus propias palabras, en “uno de los días más inusuales” de su carrera académica. ¿El motivo? Llevaba una peluca roja y maquillaje a la manera de la época en la que la estrella del pop se transmutó en Ziggy Stardust. La elección de su outfit no era el resultado de una apuesta perdida, una fiesta de disfraces o salida nocturna que se fue de las manos. No, sus razones son mucho más serias: Brooker, que está preparando un libro sobre el músico titulado Forever Stardust, se ha propuesto ser Bowie, en sus distintas fases visuales y vitales durante todo un año.

“La idea es habitar la mente de Bowie en distintos puntos de su vida y carrera para entender su trabajo desde un punto de vista original”, declaró el académico a The Guardian para explicar su decisión. El reto de Brooker, doctor en estudios culturales y docente en la Universidad de Kingston, le llevará a las fases de Aladdin Sane o el Thin white duke, y no solo se limita al aspecto exterior, sino que incluye visitar las distintas ciudades en las que el artista vivió en cada etapa, leer los libros que fascinaron a Bowie en cada momento, escuchar los discos que le influyeron e, incluso, ir un poco más allá.

Dentro de la mitología sobre Bowie, es bien conocida su etapa a mediados de los 70 en la que aseguraba alimentarse exclusivamente a base de leche y pimientos rojos. Brooker ha probado esa dieta, aunque no de manera continua, e incluso ha intentado privarse del sueño para acercarse más a la mente de su objeto de estudio. No ha podido, sin embargo, añadir el tercer elemento que sustentó al artista durante esos días: cantidades masivas de cocaína que le indujeron a un estado de paranoia casi permanente. “Es demasiado caro, además de poco sano”, cuenta. “Durante los fines de semana me bebo un paquete de seis bebidas energéticas para simular el efecto de sustancias ilegales. Y me hace estar muy nervioso”.

“Creo que es un experimento interesante”, explicó Brooker al diario australiano Herald Sun. “Se podría decir que es un poco extraño, pero hay mucha gente peor a la que imitar. Al menos él es un gran artista y una persona interesante”. La inmersión ha llegado tan lejos que asegura haber soñado con nuevas canciones del artista, para olvidarlas una vez despierto. Eso sí, cuando comience el nuevo curso académico ha asegurado que durante sus clases dejará el maquillaje y el vestuario fuera del aula.

La pregunta obvia es si, además de poco ortodoxo, el método seguido por el investigador es efectivo. Echando una ojeada a su cuenta de Twitter, Brooker lo tiene claro. Un ejemplo: ha llegado a la conclusión de que la imagen de su icono cuando grabó Heroes era más convencional porque quería pasar más inadvertido. Habrá que esperar para saber si consigue mayores revelaciones, pero al menos su decisión de seguir las etapas del artista por orden cronológico harán que su proyecto acabe sin costarle la salud. “Para el 83 creo que él ya estaba bastante limpio. Creo que me broncearé, me pondré en forma, me cambiaré el pelo de nuevo y me blanquearé los dientes”.

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