Pastillas y consolas
Los e-atletas de los videojuegos, que pasan horas ante el ordenador y compiten por premios millonarios, se enfrentan a controles antidopaje
"Todo el mundo había tomado Adderall (una droga para tratar el Síndrome por Déficit de Atención). Me importa un carajo". Las palabras son de Kory Friesen, un e-atleta canadiense que juega con el alias Semphis, y se refieren al torneo de e-sports ESL One de Katowice (Polonia) de marzo. El perplejo entrevistador le pregunta: "¿Estás diciendo que todos los jugadores toman Adderall?". "Sí". La confesión cayó como una bomba y los organizadores pidieron ayuda a la Agencia Antidopaje Alemana para implementar controles antidoping de cara al torneo que se celebrará en Colonia entre el 20 y el 23 de agosto.
¿Para qué necesita drogas alguien que pasa horas sentado frente a un ordenador? Para ganar un torneo de StarCraft, por ejemplo, el jugador debe de ser capaz de realizar unas 300 acciones (teclear o clickar) por minuto. Requiere enormes dosis de concentración y de coordinación ojo-mano y las metanfetaminas o los betabloqueadores ayudan a mantenerse alerta y a memorizar combinaciones de movimientos. Un profesional entrena 10 o 12 horas diarias y juega al año unos 11 torneos presenciales (una final dura hasta 4 horas) y siete online. Hay mucho en juego, el torneo The International que se termina hoy en Seattle (EE UU) reparte 16,5 millones de euros en premios. El equipo ganador se embolsará 5,5 millones. Como comparación, Novak Djokovic recibió 2,7 millones tras ganar la última edición de Wimbledon.
“No creemos que exista un problema con el dopaje en los e-sports”, sostiene un portavoz de ESL que explica la decisión: “Ante la profesionalización de la disciplina y el incremento de los premios, implementar controles antidopaje es el siguiente paso para aproximar los e-sports a los deportes tradicionales”. Aunque lo más eficaz son los controles de orina o sangre, ESL se decantó por los exámenes de piel porque “tenían que poder dar resultados en minutos”. ¿Qué pasa con los jugadores que requieren estas drogas por prescripción médica? “Posiblemente podrán tomarlas sin ser castigados”, añade la portavoz.
El 11% de los estadounidenses entre 4 y 17 años padece Síndrome del Déficit de Atención e Hiperactividad, según el Centro de Control de Enfermedades norteamericano. El 24 de julio, tras el anuncio de las pruebas antidopaje, Semphis participó en una charla en la emisión Halftime donde le preguntaron si tenía alguna enfermedad que le obligue a tomar Adderall: “No es imposible”, respondió entre risas. En la misma tertulia hablaron del uso de cafeína (las bebidas energéticas patrocinan eventos y equipos), la posibilidad de inyectársela y de que algunos jugadores solo pueden competir si consumen mariguana. De momento ESL no tiene clara su política sobre el uso del cannabis, que es legal en algunos países.
Bjoern Franzen trabajó 12 años en márketing de diversas empresas de e-sports y fue el primero en denunciar el incremento del uso de drogas entre los e-atletas. “Estaba harto de ver a jugadores drogados actuando de forma poco profesional en los torneos”, asegura por e-mail. Se percató del fenómeno en 2009 cuando un cliente le pidió negociar un patrocinio con un equipo coreano. “Mandé el borrador de contrato y a las tres horas recibí un e-mail furioso del equipo para retirar una cláusula de moralidad que especificaba penalizaciones en caso de dopaje. El patrocinador simplemente había adaptado un contrato que tenían con un club deportivo tradicional”.
Franzen revisó los contratos que había firmado hasta entonces y se percató que ninguno incluía cláusulas de dopaje: “Hablé con mi cliente expresándole mis dudas pero tenían miedo de que el equipo se fuera con otra firma y quitaron la cláusula”. Consultó a más de 600 personas sobre este problema para intentar concienciarlos, pero no le hicieron caso y en 2014 publicó un artículo denunciando la situación. Recibió amenazas, lo demandó una compañía y desde entonces, asegura, ha sido vetado de trabajar con los e-sports. El próximo año estrenará un documental sobre el tema.
No todos coinciden con su diagnóstico. Carlos Rodríguez Ocelote es el e-atleta español más destacado y, a sus 25 años, ya es un veterano (dejó de competir hace seis meses y ahora es empresario). Considera que las declaraciones de Semphis “se sacaron un poco de madre. Está claro que hay que asegurarse que nadie se dopa, pero es algo muy inusual. Yo he estado en el máximo nivel nueve años y rara vez me he encontrado un caso así”.
Alvar Araneae, otro destacado español, recuerda que Franzen lo contactó en 2014 para hablarle de dopaje: “Me informé sobre las pastillas. Quise saber si era algo que podía beneficiar a mi equipo (Araneae, era entrenador entonces), pero me pareció poco fiable y preferí no acercarme a ese mundillo”. Aunque dice que no sabe si es muy usado, reconoce que “cuando tienes un equipo técnico detrás, un entrenador, un mánager, no me cuesta creer que alguien busque una pastilla que le ayude”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.