Diez cosas que no deberías hacer en los viajes
Una guía de tabúes culturales que te evitará situaciones desagradables y luctuosos malentendidos.
1 Lamer un sello
Dónde: en Tailandia.
Por qué: cualquier comentario irrespetuoso sobre el rey Bhumibol Adulyadej, Rama IX el Grandioso, se considera delito de lesa majestad y puede dar con tus huesos en la cárcel.
Además de por lamer a su alteza, también puedes tener problemas por pisar una moneda o arrugar un billete con su efigie. Por si acaso, no cantes allí el Rama rama ding dong.
2 No tirar de la cadena
Dónde: en Singapur.
Hacer globitos de chicle o tirar una colilla al suelo en el país asiático puede costarte una pasta (alrededor de 470 euros); escupir o no tirar de la cadena del váter, 240 euros; utilizar patines o patinetes por la calle, 240 euros, y traficar con goma de mascar (más de dos paquetes), hasta dos años de cárcel. Los reincidentes se enfrentan a multas de más de 9.000 euros.
Por qué: son unos tiquismiquis.
3 Dejar clavados los palillos en un tazón de arroz
Dónde: en Japón.
Por qué: se considera un símbolo de muerte; solo se hace así en las ofrendas funerarias en templos y cementerios. También está feo pinchar las viandas con los palillos, pero puedes hacer ruido al sorber los fideos si te place.
4 Comer con la mano izquierda
Dónde: en India, Pakistán y algunos países árabes.
Por qué: la mano izquierda es la que tradicionalmente se ocupa de cuestiones de higiene personal ("¿Quién ha escondido el papel higiénico? ¿Por qué está ese grifo a ras de suelo?"). Para comer o saludar se utiliza siempre la mano derecha, la mano pura. Si te perdiste el episodio de Barrio Sésamo sobre izquierda y derecha, ponte al día: también te servirá para sacarte el carné de conducir. ¿Y qué pasa con los zurdos? Ah, se siente.
5 Tocar la cabeza o mostrar la planta del pie
Dónde: en Tailandia y otros países del sudeste de Asia.
Por qué: para los budistas la cabeza es la parte más sagrada del cuerpo, el contenedor del alma, al contrario de lo que ocurre con los pies: mostrar la planta desnuda o tocar o señalar con los dedos del pie se considera un acto grosero e irrespetuoso.
6 Llamar Mohammed a tu mascota
Dónde: en casi todos los países árabes.
Por qué: se considera una blasfemia. En 2007, Gillian Gibbons, una maestra británica en Sudán, fue condenada a recibir 40 latigazos por llamar Mohammed (Mahoma, en árabe) a la mascota de la clase, un osito de peluche. Al final fue indultada, pero tuvo que abandonar el país.
7 Hacer 'cositas' en la playa
Dónde: en medio mundo. En los países musulmanes podéis acabar entre rejas, como les pasó a los británicosMichelle Palmer y Vince Acors en Dubái.
Por qué: se os llenará el culete de arena.
8 Saludarse o besarse en el umbral
Dónde: en Rusia.
Por qué: para muchos rusos, besarse, abrazarse, estrechar manos o intercambiar regalos en el umbral de la puerta significa que la relación, la amistad o el negocio acabarán mal. En la foto (mía), el famoso beso de tornillo entre el ruso Leonidas Breznev y el dirigente comunista alemán Erich Honecker, obra del artista ruso Dimitri Vrubel, en el Muro de Berlín. La frase en ruso dice: “Gospodí! Pamogí-Mne vyzhit' sredí etoi smiertnoi lyubvi" (¡Dios mío!, ayúdame a sobrevivir a este amor mortal"). Muac.
9 Añadir sal a la comida
Dónde: en Egipto.
Por qué: se considera una ofensa para el cocinero o la cocinera que han puesto todo su amor en el plato.
10 Hacer la uve con los nudillos hacia fuera
Dónde: en el Reino Unido.
Por qué: en el otoño de 1415, durante la famosa batalla de Agincourt entre Inglaterra y Francia, los franceses, muy superiores en número, amenazaron con cortar los dedos índice y corazón (los que tensan la cuerda del arco antes de disparar la flecha) a todos los arqueros ingleses, los certeros longbow. Al final, y de forma inesperada, vencieron los ingleses, y para restregarles a los galos su derrota, les mostraban esos dos dedos intactos, como diciendo “anda y que os den.” Y así siguen.
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