Electro latino: jóvenes pasados de twerking
El género más bailado es también el más odiado. Muchos no lo tragan, pero ha venido para quedarse
La fiebre sube verano tras verano. 2015 no es un a excepción. El electrolatino lleva tres años (por lo menos) dominando las pistas de baile. Casi nadie escribe en serio sobre sus estrellas, pero el género se ha adueñado de la calle. Resulta imposible dar un paseo por las grandes capitales sin escuchar un base electrónica latina saliendo de una zapatería, un coche en marcha o en reproductor de mp3 a todo trapo en el transporte público. La cosa se recrudece con la llegada del verano. Según las estadísticas de Youtube, ocho de las diez canciones más escuchadas en sus diez años de historia en España son de pop electrónico latino. Las otras dos son "Gangnam Style" (PSY) y "El pollito pío", un clásico infantil. Para los jóvenes oyentes, la música cantada en inglés resulta cada vez más marginal.
¿De dónde sale está marea de ritmos urgentes, hedonistas y callejeros? Primer paso para enterarnos: llamar al superventas Juan Magán, que nos atiende desde la República Dominicana. A él se le atribuye la creación del género en 2008, con temas como como "Mariah" y "Verano Azul". ¿De qué hablamos cuando hablamos de electro latino? "Para mí son instrumentales electrónicos a los que incorporamos instrumentos clásicos, por ejemplo las guitarras típicas de la bachata o acordeones colombianos. Haces una base para la pista de baile y le añades instrumentos de la zona. Lo importante es hacer referencia a las raíces y la esencia de la región donde haces la fusión. Pero no vale cualquier cosa: una mambo o un merengue clásico no es electrolatino solo porque vaya a 128 o 130 bpms. No lo digo porque me moleste a mí, sino por respeto a los músicos que cultivan esos estilos tradicionales", explica.
Muchos lo ven como un género menor, pero es la primera vez que un artista español crea y difunde un subgénero de baile electrónico a nivel global. Este año Magán ha hecho gira por latinoamérica con Enrique Iglesias y tendrá su propia fiesta semanal en el Hard Rock Hotel de Ibiza, una espacio rebosante de público internacional. "Antes que nosotros estuvieron en la isla los 'booms' de Vincent Vega, Roger Sánchez y Masters At Work, que son cruciales en música tribal y latin house. Pero, bueno, el reto para mí no se limita a añadir un sampler o una voz latina que haga gracia a los turistas. Será la primera vez en que podamos disfrutar de toda una noche con voces en castellano. Parece una locura, pero no tiene por qué serlo, estamos en un país latino". Magán sigue arrasando con el tema "Tentándome", que ha llegado al número uno en todas las listas digitales de España y top diez en todas las de Latinoamérica. La canción supera los seis millones de visitas en Youtube. Nacido en Badalona, es un auténtica estrella internacional, con más de medio millón de seguidores en Twitter, ochocientos treinta y seis mil "me gusta" en Facebook y 300 millones de visitas en Youtube (sesenta y pico por el vídeo de "Si no te quisiera").
Julian Woodside, investigador cultural mexicano, explica los orígenes del fenómeno: "A principios de los noventa hubo una tendencia a ‘folklorizar’ la música electrónica. Así surge el electro balcánico, tropical, asiático, norteño, flamenco, brasileño, etcétera. Por esas fechas Miami se consolidó como la capital mediática de Latinoamericana. Recordemos a los Estefan y el auge de medios como MTV Latino, Univisión, Tele Mundo…". Woodside distingue tres corrientes de la electrónica latina: una que proviene de la industria pop transnacional, otra de las escenas locales “alternativas” y una tercera de los músicos tropicales y latinos que ya incluían elementos electrónicos desde los años ochenta. "Las tres vertientes se complementan y sus fronteras son difíciles de establecer, pues sus actores navegan entre unas y otras. No podríamos abordar con los mismos criterios a Pitbull, Romeo Santos, Calle 13, Bomba Estéreo, Sonido San Francisco y los sonideros de talla internacional", señala. Para poner el contexto social, recurrimos al musicólogo Rubén López Cano: "El electro latino puede ser la manera cultural que tienen las clases medias blancas y hegemónicas de apropiarse de músicas de clases bajas, mestizas y marginales. Transforman algunos rasgos de la música para exaltar otros y poder bailar. Ya no es ruido molesto, sino otra cosa. Ahora aquellos que no irían a un bar latino a convivir y bailar con esta música y sus usuarios, pueden disfrutarla desde sus propios sitios habituales y con su propia gente", señala.
Si paseas por el centro de Barcelona, te puedes encontrar con las tribu de los swaggers, adolescentes de barrio que se reúnen el Apple Store de Plaza Catalunya y escuchan una aleación de de hip-hop y música latina. Lo mismo cabe "Booty de goma" de La Materialista que el himno clásico "Swagga like us", de T.I. con Jay-Z y Kanye West y Lil Wayne. Miden su popularidad por likes en Facebook y acuden a macrodiscotecas en horario light. La imagen haría las delicias del JG Ballard, superventas de ciencia-ficción que imaginó un futuro en que se socializaba alrededor de grandes centros comerciales. Hablamos de su distopía "Bienvenidos a Metro-center" (2006), descripción del consumismo como religión contemporánea que encuentra su mejor templos en las megatiendas con wifi gratuito. La revista digital Playground dedicó un reportaje a esta subcultura y el vídeo supera el millón doscientasmil visitas en redes sociales.
El electrolatino empapa la cultura popular. Mario Casas interpreta a un cantante del género en la próxima película de Álex de la Iglesia. Coman, concursante de Gran Hermano, prueba suerte como cantante electro latino al salir del reality de Telecinco. La Escuela superior de cine y audiovisuales de Barcelona ha rodado con sus alumnos la webserie Wa$p, que intenta captar los valores de la juventud urbana actual. Así definen su objetivo: "Buscamos el retrato de una nueva generación de adolescentes de extrarradio, de barrio, hijos de la inmigración. Son herederos de la tradición quinqui, pero ahora impregnada por toda la cultura callejera que bebe de los bailes urbanos como el krump, el dancehall, el twerking; de los nuevos sonidos como el trap, el reguetón, el dembow, la cultura swag etcétera".
Parece mentira que una música tan popular reciba tan poco espacio en los medios. Como decíamos al comienzo del texto, en los últimos diez años ocho de las diez canciones más escuchadas en Youtube en España pertenecen a la electrónica pop latina. La lista incluye "Bailando" (Enrique Iglesias), "Danza kuduro" (Don Omar), "Propuesta indecente" (Romeo Santos) , "Adrenalina" (Wisin), "Yo te esperaré" (Cali y el Dandee), "Limbo" (Daddy Yankee), "On The Floor" (Jennifer López) y "Darte un beso" (Prince Royce). La mitad de los artistas apenas aparecen en los medios, seguramente por una mezcla de clasismo, menosprecio por la música bailable y restos de mentalidad colonial. Una de las macrogiras del verano 2015 en España será la de Daddy Yankee. Mañana 12 de julio actúa nada menos que en el estadio Vicente Calderón. Será el cabeza de cartel del Fresh Fest, rodeado de nombres estelares en el género urbano como J. Álvarez, Farruko, Ñengo Flow y La Nueva Escuela (el día anterior, el festival ofrece un concierto del salsero Marc Anthony). Parece que los grandes recintos se empiezan a abrir al talento de los superventas latinos. Muchos lo tildarán de moda pasajera, pero tiene pinta de estar para quedarse, ya que cuenta con el apoyo de un público muy joven, para el que empiezan a derretirse los viejos prejuicios contra la música de caribeña y latina. Perreemos para celebrarlo.
Juan Magán: "Mi productor favorito es Tent Reznor"
En España existe cierto menosprecio hacia tu figura, como si tus canciones fueran "de baja calidad". ¿Eres consciente?
Claro que lo he notado, pero lo único que puedo hacer es seguir trabajando. Para mí son prejuicios que se irán desvaneciendo con las nuevas generaciones que han crecido escuchando la música que hago. Me sorprende , y alguna vez de da rabia, que nadie en España atienda cuando Juan Magán va a los Grammy o a los Billboard o premios así.
¿Por qué que el Sónar programa a Masters At Work y Róger Sánchez pero no a ti?
He asistido encantado como público a muchas ediciones. Roger Sánchez vino a mi fiesta de Pachá la pasada temporada. Trabajo con artistas que han pasado por el festival y noto un respeto mutuo. Si los organizadores quieren hacer un festival sectario es su problema. Creo que tienen una visión muy poco orientada al público, tanto al beneficio como a la diversidad de quien acude al festival. Hace tiempo que dejé de enfadarme con el tema España. Dicho esto, la organización del Sónar es muy antigua y respetable: ellos tienen sus valores y toman sus decisiones.
La fiebre del EDM, ¿ha sido perjudicial, beneficiosa o indiferente?
Para mí, indiferente. Sobre todo gracias al buen trabajo de mi equipo. Lo veo como un invento de los gringos para promocionar macrofestivales como Ultra o Tomorrowland. Los estadounidenses, ya lo sabemos, son expertos en márketing, pero esto no acaba de funcionar en los clubes. Esa onda se va apagando poco a poco.
¿Cuáles son los productores que más te han marcado?
Te va a parecer raro, porque no tiene que ver con mi música, pero mi productor favorito se llama Trent Reznor. El descubrimiento de Nine Inch Nails fue bestial. Yo soy muy meticuloso y maniático. Intento prestar máxima atención, como hace Reznor, a cada sonido y lograr algo específico para cada momento. Más cerca de mi estilo, puedo citar a Emilio Estefan, del que aprendo solo con mirar cómo trabaja. O del gran Andrés, que produce a Carlos Vives y muchos otros artistas latinos. No recuerdo su apellido porque siempre le llamo Andrés. Kanye West me parece un capo también.
¿Cuál es la clave para que una fiesta prenda?
No olvidar nunca que un DJ está para entretener. Hay que observar las reacciones de la pista y seguir la línea que te marcan. El mayor fracaso es aburrir. El DJ debe ser un "mandao". Yo abarco un terreno delimitado, nunca voy a poner una sardana, pero dentro de eso es el discjockey quien debe entrar por el embudo del público, nunca al revés.
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