¡Vaya concierto!
Por primera vez en mi vida iba a ver a Bob Dylan en directo, pero en cuanto tocaron las dos primeras canciones supe que no iba a ser como me esperaba. No saludó ni una sola vez al público, cantó de esa forma tan peculiar suya y tras 45 minutos de show se hizo un descanso de otros 20, increíble. La segunda parte no fue mejor que la primera, por no decir que peor. El concierto acabó con un Blowin’ in the Wind (uno de los pocos clásicos que tocó) que bien podría haber sido una canción country cualquiera.— Belén Alonso López.
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