1942
Hablo de la promulgación de una norma que pasará a la historia como ley mordaza, por más que los ministros de Interior y Justicia digan que ese nombre es injusto porque no la hemos leído bien
El martes pasado a medianoche, mi móvil pitó varias veces seguidas. La imagen de cada cartel variaba, pero el mensaje era siempre el mismo. Recuerda que hoy a las 24.00 volvemos a 1942. En ese momento pensé que 1942 va a ser un año muy corto, y desde entonces me pregunto por qué lo han hecho. Hablo de la promulgación de una norma que pasará a la historia como ley mordaza, por más que los ministros de Interior y Justicia digan que ese nombre es injusto porque no la hemos leído bien. Yo creo que los que no han leído bien son ellos. Con independencia de la fecha exacta de las próximas generales y con el verano por delante, no logro comprender qué gana el Gobierno con una medida que será revocada con absoluta seguridad en un plazo máximo de cinco o seis meses. Si el PP asume, como parecen revelar tanto los movimientos de algunos de sus dirigentes como el sentido común, que revalidar su mayoría absoluta es tan imposible como el pago de la deuda griega, ¿a qué viene un alarde tan autoritario como impopular? ¿Creen que les hará ganar votos? ¿Creen que, en el hipotético caso de que logren, no ya el apoyo para la investidura, sino la formación de un mucho más hipotético Gobierno con Ciudadanos, lograrán abducir a su socio hasta el punto de que avale una norma contra la que se ha manifestado la mayoría de los juristas de este país? ¿Tiene Albert Rivera instintos suicidas? ¿Sabe Rajoy algo que yo no sé, tiene datos que a mí me faltan, vive en un país distinto, y mi España es un holograma y la suya es la auténtica? Sé que nunca obtendré respuestas para estas preguntas, ni siquiera a través de una pantalla de plasma, pero se acaba de promulgar una ley que ha aplastado varios de mis derechos fundamentales. Lo mínimo sería que alguien me explicara por qué.
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