Patriarca Bosé
El artista habla de sí mismo como si de dos personas se tratara: Miguel, el padre, y Bosé, el cantante que recela de la prensa. Hoy arranca su gira española en Valencia
Ha vuelto. Miguel Bosé ha regresado de Panamá, donde reside ahora con sus cuatro hijos, para llevar su Amo tour por toda España. Esta noche arranca su gira en Valencia. Se confiesa emocionado y algo nervioso. A sus 59 años y con 40 de profesión a sus espaldas, todavía siente el hormigueo en el estómago cuando se enfrenta a un nuevo proyecto. “Es colosal, maravilloso, bestial”. Así define el cantante su espectáculo, que ya han visto, en solo un mes, 100.000 personas en su etapa americana. Bosé ha venido, pero Miguel se ha quedado en Panamá, país en el que nació en 1956 y donde se instaló hace meses con su familia en busca de una vida lo más anónima posible. Hace tiempo que el cantante habla de él como si de dos personas bien diferenciadas se tratase. Por un lado está Miguel, el padre, el hijo, el hermano, la persona que quiere intimidad, que huye de esa fama que le explotó en la adolescencia. Por otro, Bosé, el artista, el divo, el malhumorado que recela de la prensa. El propio Miguel confiesa que teme a Bosé. Los suyos también.
“Bosé es un tipo al que le gusta renovar, es pura anarquía. Estar subido en la cresta de la ola profesional”, dice el cantante de sí mismo. “Miguel intenta darle un orden. Miguel es más austriaco, más milanés, más suizo”.
El cantante no se oculta. Habla con pasión de su nuevo show, que se apoya en avances tecnológicos. Pantallas gigantes de leds y luces robóticas que dan personalidad a un escenario especial. “Quiero que el público sea testigo de todo lo que me ha interesado en la vida, desde mi niñez hasta el día de hoy. En el espectáculo se muestran elementos de aritmética, astronomía, biología marina, mundo animal, vegetal, literatura y mucho más. Todo lo que hay es una belleza, pura informática, robótica, y con un escenario que se va a transformar todo el tiempo”. Él se ocupa de todo. Es un maniático de la perfección, un productor que no para hasta que el último detalle ha quedado a su gusto. Amo tour está concebido como una gran obra de teatro en la que no caben artistas invitados.
Apuntes de una carrera de éxito
LOS INICIOS. Era 1977 y con su primer disco y la canción ‘Linda’, Miguel Bosé (nacido en 1956 como Luis Miguel González Bosé) se convirtió en un artista de masas. Desde entonces, el éxito le ha acompañado y sus cifras de ventas hoy superan los 20 millones de discos.
SU OTRA CARA. A los 16 años debutó como actor, una faceta que ha combinado de manera intermitente con la música. Llegó a rodar bajo las ordenes de Pedro Almodóvar en ‘Tacones lejanos’ (1991) y en 1994 hizo su debut como director teatral en el festival de Mérida.
COLABORACIONES. Han sido muchos los artistas que han acompañado a Bosé, desde Alejandro Sanz, Juanes, Gloria Gaynor o Kilye Minogue. Además, el artista Andy Warhol le hizo la portada del disco ‘Bandido’ (1984).
En noviembre de 2013, Miguel Bosé fue elegido persona del año por la Academia de Música Latina. Ese premio concedido por votación popular se lo dedicó a los equipos de profesionales con los que ha trabajado a lo largo de su carrera. “Sin ellos no hubiera sido posible”. En ese grupo ya no se encuentra Rosa Lagarrigue, la mánager más poderosa de España e impulsora del éxito de su carrera, que gestionó desde finales de los años setenta. Se conocieron en el Liceo Francés de Madrid, donde ambos estudiaron, pero diferencias económicas acabaron con su relación profesional y personal.
Lo que no acaba es la carrera del artista. “No me retiraré nunca. Me moriré en un escenario. La música lo es todo para mí. Cada día que trabajo me doy cuenta de que hay nuevos campos en los que explorar, sobre todo en el mundo de la producción”, sostiene. De la misma manera que dice que compone “por necesidad artística”. Pero en Amo tour solo hay seis canciones nuevas; el resto del espectáculo es un recorrido por su música de siempre. Entre las novedades, un tema en tono de protesta. “Nunca soy tan explícito, pero sentí que esta vez tenía que serlo. Se están haciendo muchas barbaridades y con total impunidad. Nos están jodiendo con la excusa de salvar la economía. Y quitándonos todo lo que hemos conseguido desde la Transición: la sanidad, la educación, la jubilación digna, la vivienda… Y estos imbéciles de la política se lo han cargado todo. Lo mínimo que yo podía hacer era una canción al respecto”, explicó el cantante al presentar su gira. Un tour que comenzó en México y que, tras arrancar en la plaza de toros de Valencia, transcurrirá por Madrid, Sevilla, Palma de Mallorca, Murcia, Alicante, Calella de Palafrugell, Benidorm, Cambrils, Barcelona y Oviedo, entre otras ciudades.
Estos imbéciles de la política se lo han cargado todo. Lo mínimo que yo podía hacer era una canción al respecto"
En este recorrido le acompaña un séquito enorme; entre ellos, un nutricionista. Miguel sufre problemas con el peso, le gusta comer y es un gran cocinero. Los pocos que tienen acceso a su intimidad lo saben bien. Se mete en la cocina y se pasa allí muchas horas. La pasta, como buen medio italiano, es su gran especialidad. Él mismo se ocupa de la comida de sus hijos.
En abril de 2011, el cantante anunció a través de las redes sociales: “Queridos tod@s, tengo una buenísima noticia que contaros: he sido papá de dos niños preciosos. Se llaman Diego y Tadeo. Soy el hombre más feliz de la tierra!!!”. En junio de este año contó, en la portada de la revista Shangay, que era padre de cuatro vástagos. “No tengo dos hijos, tengo cuatro. A los siete meses de nacer Diego y Tadeo llegaron otros mellizos, Ivo y Telmo”. Desde entonces, su rutina transcurre entre juguetes y un ejército de nannys que le ayudan a conciliar su vida. Pero que nadie le pregunte por esa parte de su intimidad.
Sus amigos saben que ya no sale por la noche, que después de los conciertos se acabaron esas fiestas que antes veían el alba. Bosé se retira pronto y, si puede, vuela esa misma noche para dormir en casa con sus niños. Le gusta levantarse pronto, organizar su casa, ocuparse de sus perros y llevar a los pequeños al colegio. Diego, Tadeo, Ivo y Telmo hace poco que han descubierto que su papá es cantante y ya tararean trozos de alguna canción.
Ser padre le acercó a su madre. El carácter de Bosé también ha arrasado algunas de sus relaciones familiares. La propia Lucía Bosé contó en una entrevista en televisión que se enteró de que Miguel tenía dos hijos cuando estos ya habían venido al mundo. La convocó a su casa de Somosaguas y la presentó a sus nietos; siete meses después llegaron otros dos y la reconciliación. Lucía ha padecido la ferocidad de Bosé; también sus hermanas y sobrinos. Quien osa cruzar la raya y hablar de él en público, de su intimidad, queda excluido del clan.
A primeros de año, y sin hacer ruido, hizo las maletas para instalarse en Panamá en busca de tranquilidad y anonimato. Quiere proteger a sus hijos. De momento, ha logrado que no se haya publicado ninguna foto de ellos. Bosé se ha comprado una casa en una exclusiva zona de reciente creación. Sus portavoces justifican la mudanza en que el artista pasa mucho tiempo de gira en América y que Panamá es una buena base para sus desplazamientos. De momento, los niños se han quedado allí. Bosé ha regresado solo para el inicio de esta gira, como estará solo antes de subirse al escenario esta noche en Valencia. Dos horas antes de que empiece el espectáculo se encerrará en el camerino. Los suyos saben que no se le puede molestar. Es el momento de la transformación. Cuando Miguel desaparece y surge Bosé. El amo.
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