Google se chiva de tus calorías en Instagram

Junto al hashtag #foodporn se han publicado, a día de hoy, más de 56 millones de imágenes en Instagram. Claramente, la comida es el elemento preferido de esta red social. Sobre todo si es colorida, esponjosa y tiene una presentación original; es decir: si es hipercalórica. En Instagram no hay cabida para las acelgas rehogadas ni las ensaladas mixtas porque todo el espacio lo ocupan las hamburguesas de muchos centímetros de grosor, los cupcakes con bien de colorante o las salsas multicolor.

Al menos hasta ahora, porque Google pretende arruinar indirectamente los planes de todos aquellos que retratan cada plato que ven en la mesa (propia o ajena). Tal y como explicó uno de los investigadores de la compañía durante la conferencia Rework Deep Learning, celebrada en Boston hace unos días, el buscador de buscadores está trabajando en un nuevo proyecto llamado Im2calories. Básicamente, se trata de un algoritmo que calculará las calorías de cada imagen en función del tipo y la cantidad de comida.

Se mezclan así dos de las tendencias digitales más consumidas del momento: el llamado 'postureo foodie' (o ser gourmet de andar por casa y dejar testimonio gráfico de ello) con la fiebre de las apps que miden los beneficios y perjuicios de cada bocado. Sin ir más lejos, hace pocos días Google España presentó su nueva aplicación para almecenar fotos con una demostración en vivo de 'food art', el arte de mezclar diseño y comida en el plato.

Pero la realidad de la nevera poco tiene que ver con la ficción de la red. Una cosa es saber de forma privada cuánto engorda un bocadillo de jamón y otra muy distinta que todo el mundo pueda saber la cantidad de calorias que contiene esa cosa azul con ojos de azúcar que acabas de publicar en tu perfil bajo el hashtag #yummy. Ya lo vio claro hace unos meses la cuenta @youdidnoteatthat, que compila fotos de modelos, blogueras y demás celebridades junto a cantidades ingentes de pastelitos o pizzas de vanguardia. Por si quedaba alguna duda, Google acabará destapando este secreto a voces: no el de que las hamburguesas engordan, sino el de que es materialmente imposible que esas famosas se zampen la cantidad de grasas saturadas que postean en una semana.