Unidos y centrados
El PSOE debe renunciar al radicalismo en sus pactos de gobierno
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dejó ayer muy claro ante su ejecutiva —y lo corroboró en una entrevista que publica hoy este periódico— que su partido no tiene intención de girar el rumbo para cerrar acuerdos que le permitan gobernar en media docena de Gobiernos autónomos y varias decenas de Ayuntamientos. “Si Podemos es exigente, nosotros lo seremos más”, afirma Sánchez en esa entrevista en la que que sitúa el futuro de su partido en la socialdemocracia y en impulsar un cambio “seguro y coherente”.
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La declaración de intenciones de Sánchez, ratificada por la práctica totalidad de los dirigentes socialistas, es una buena noticia para la estabilidad política en España. Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del domingo pasado supusieron un cambio importante en el mapa político nacional, con un claro giro hacia la izquierda y una necesidad de llegar a acuerdos para gobernar en las principales autonomías y Ayuntamientos del país. Las elecciones han mantenido, sin embargo, al PP y al PSOE como las dos principales fuerzas, con cerca del 55% de los votos.
En ese contexto, el Partido Socialista tiene la oportunidad de recuperar Gobiernos territoriales y locales, siempre que consiga el apoyo de Podemos o, en algunos casos, de Ciudadanos, IU o Compromís. A cambio, tienen que votar a favor de algunas candidaturas ciudadanas municipales situadas en la órbita de Podemos y de otros partidos de la izquierda radical. En ambos casos, los pactos se plantean como un mero acuerdo para asegurar la formación de Gobiernos, sin que ello suponga coaliciones.
Pedro Sánchez sabe que los electores han situado a su partido en el centro del cambio político y que los socialistas tienen la enorme responsabilidad de no ceder al radicalismo para conseguir su legítimo objetivo de gobernar en todos los lugares en los que pueda, recuperando el poder ante su adversario natural, el PP.
En poco menos de un año Pedro Sánchez ha conseguido frenar la sangría que estaba acabando con las aspiraciones de Gobierno del PSOE. Su proyecto de renovación está empezando a dar sus frutos, pero no debería mostrarse tan satisfecho de unos de los peores resultados de la historia de su partido, aunque paradójicamente les vayan a permitir recuperar buena parte del poder perdido.
El secretario general del PSOE y todos los dirigentes y barones del partido tienen la oportunidad de iniciar el despegue definitivo que les permita recuperar el Gobierno de la nación a finales de este año. Para conseguirlo, no solo es necesario mantener la centralidad ideológica y no dejarse llevar por los vientos de radicalidad con que le quiere arrastrar Podemos (con la clara intención de ocupar su espacio político). Además de confirmar y desarrollar su propuesta socialdemócrata, los socialistas tienen que superar sus disputas internas y avanzar unidos estos seis meses que restan para las generales.
Las elecciones primarias abiertas para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno, anunciadas ayer por Sánchez, son siempre bienvenidas porque representan la esencia de la democracia interna de un partido. Sin embargo, los candidatos que se presenten a competir con el actual secretario general deberían plantear alternativas constructivas que no frenen esa inercia positiva en la que se encuentra el PSOE. La paz aparentemente firmada entre Pedro Sánchez y Susana Díaz debería mantenerse para que la fuerza de ambos líderes sume y no reste en la recuperación electoral de un partido crucial para mantener la estabilidad democrática en España.
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