Juicio en Roma por la falsa boda de Gina Lollobrigida
La actriz asegura que el empresario catalán Javier Rigau usó unos poderes notariales para casarse con ella y heredar su patrimonio
La fiscalía de Roma sostiene que la actriz italiana Gina Lollobrigida, de 87 años, no sabía que estaba dando el “sí, quiero” cuando, a finales de 2010, firmó unos papeles que le puso por delante Javier Rigau Rafols, un empresario catalán 33 años más joven que ella y con el que hace una década había mantenido una relación sentimental. Según la fiscal Claudia Terracina, Lollobrigida creía que estaba otorgando a Rigau Rafols un poder notarial sin importancia cuando, en realidad, estaba autorizando su propia boda por poderes, que se celebró en Barcelona poco después. En el proceso que se acaba de abrir en Roma, el donjuán catalán está acusado de estafa y de falsedad documental.
La fiscal Terracina está convencida de que lo que realmente buscaba Rigau Rafols con aquella boda fingida era convertirse con el tiempo en viudo y, por tanto, en heredero de Gina Lollobrigida. A la actriz tampoco le cabe ninguna duda. Sobre todo porque, según denunció públicamente hace un par de años, se enteró de su casamiento por casualidad. “Hace tiempo”, explicó la artista en enero de 2013, “Javier me convenció para que le firmara unos poderes. Me dijo que los necesitaba para unos actos notariales en relación con un juicio. Sin embargo, me dio miedo que se aprovechara de que yo no hablo castellano, y quién sabe lo que me hizo firmar. Ahora he encontrado por Internet un papel según el cual nos casamos en 2010, en Barcelona, en presencia de ocho testigos. Increíble. Él solo quiere heredar mi patrimonio”.
La actriz italiana y el empresario español se conocieron durante una fiesta en Montecarlo en 1984. “Al comienzo era solo pasión, después llegó el amor”, declamó la Lollobrigida como si se tratara de una telenovela. Tras un conato de boda en 2006, Javier Rigau anunció a través de un comunicado el fin de su relación con la actriz, si bien aseguró que siempre la querría y respetaría. Un propósito que, según la fiscalía de Roma, quebró en el momento en que urdió una supuesta trampa para quedarse con la herencia de Lollobrigida, quien solo tuvo un hijo, Andrea Milko, fruto de su relación con un médico yugoslavo del que se divorció en 1981.
La actriz, que compartió la época de oro del cine italiano con Sophia Loren o Claudia Cardinale, tendrá la oportunidad el próximo 17 de septiembre de explicarle al tribunal de qué forma pudo ser engañada por su antiguo novio. Aunque un adelanto de su declaración ya lo ofreció hace un par de años, cuando –furiosa tras haber descubierto que estaba casada—aseguró: “Creo que he sido estafada por Javier, una persona infame, que podría haberse casado conmigo por poderes en España sin que yo lo supiese y sin mi consentimiento, con el objetivo de heredar mis bienes tras mi muerte”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.