¿Por qué el aeropuerto de Los Ángeles es LAX y el de Málaga AGP?
Los códigos de las bases aéreas de las ciudades atienden a curiosos caprichos. Si no, es difícil de entender que el de Sevilla sea SVQ
“Los responsables del aeropuerto de la Costa del Sol pensaron que, aunque este estuviera situado en Málaga, no era buena idea asignar MAL como código IATA. Entonces, optaron por coger dos letras de la palabra MálAGa y rellenaron con una P”. Así se justifica en la web del proyecto Airport Codes, propulsado por la diseñadora Lynn Fisher y el desarrollador Nick Crohn –ambos radicados en Arizona, Estados Unidos–, el peculiar código con el que se conoce al aeropuerto malagueño.
Los códigos de aeropuertos están formados por grupos de tres letras y sirven para designar a cada uno de los del mundo. Estos códigos son asignados por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (International Air Transport Association, IATA) y son esenciales para la identificación de una línea aérea, sus destinos y sus documentos de tráfico.
La idea de Airport Codes surgió del vacío existencial que invadía a Lynn cada vez que en la pantalla de información de un aeropuerto aparecía algún vuelo con destino a una ciudad cuyo código no era intuitivo. Lynn ama viajar y jugar al Trivial Pursuit, así que, tras semanas surfeando la Red en busca de un lugar en el que le explicaran por qué Buenos Aires es EZE, o Estocolmo es ARN, y no encontrarlo, decidió lanzar este proyecto de afán enciclopédico.
La idea surgió del vacío existencial que invadía a la diseñadora y viajera Lynn Fisher cada vez que en la pantalla de información de un aeropuerto aparecía algún vuelo con destino a una ciudad cuyo código no era intuitivo
Con ayuda de los lectores espera poder descifrar las siglas IATA de todos los aeroparques del globo. De momento, su web nos ha servido a los que lo que más nos gusta del telediario es la información meteorológica y lo que más detestamos de la crisis es que ya no hay obras ante las que pararnos horas, para saber que Los Ángeles es LAX porque, hasta 1930, todos los aeropuertos tenían solo dos letras.
Al introducirse la tercera, muchos optaron por la vía rápida y le añadieron una X. O que Chicago es ORD porque antes de renombrarse Edward O’Hare en 1949, la infraestructura se conocía como ORcharD Field. O que en España, al tener que añadir una letra de relleno, hasta dos localidades han optado por la más fea del alfabeto, la Q. Sevilla es SVQ, Santiago es SCQ. Podemos encontrar siglas intuitivas (Boston es BOS), otras para conocedores a nivel usuario (CDG es el de Charles de Gaulle, de París), algunas sólo accesibles para viajeros frecuentes (SGN corresponde al aeropuerto de la localidad vietnamita de Tan Son Nhat) e incluso unas pocas al alcance únicamente de un puñado de historiadores (MCO es Orlando, porque antes era el aeroparque militar de McCoy). Y así podríamos seguir toda la tarde.
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