Vestir a la moda ‘made in’ tú mismo

Recuerdas el tiempo en que comprabas una prenda y quedaba bien de largo pero mal de pecho, te gustaba el color pero no la tela. Buscabas exclusividad. Querías verte como el modelo del catálogo. Pero hay que reconocer que no todos los cuerpos son parecidos. Ni todos los gustos iguales. Es por ello que nació Tinker Tailor, un sitio web con aplicación de móvil, que permite ser un sastre virtual para que diseñe tu propia ropa, o para que de la mano de grandes diseñadores de moda, adapte el vestido de tus sueños e incluso, puedas publicar tu creación para que otra persona tome la idea, o, viceversa.

La madre de esta start-up con sede en Nueva York es la islandesa Auslang Magnusdottir, una veterana en la industria de la moda y otrora directora y cofundadora junto a la socialité y fashionista Lauren Santo Domingo de Moda Operandi, un sitio web que permite comprar diseños de lujo inmediatamente tras presentarse en la pasarela. Auslang, de apellido casi tan impronunciable como esta periodista, sabe de negocios. Tras obtener su MBA de Harvard Business School, quiso aprovechar su experiencia y pasión por la moda con la idea fija en la cabeza de que toda mujer “busca exclusividad”, con ello “yo no he creado una marca, he puesto las herramientas para que una mujer diseñe su vestido ideal”.

La compradora porque de momento, Tinker Tailor solo está pensado para el público femenino, ya que según Auslang “las mujeres son las principales clientas de moda por Internet”, pueden esperar unas dos semanas para recibir su diseño original que parte de unos 200 dólares por una camiseta y puede llegar a unos varios miles por un exclusivo vestido de fiesta de un diseñador de renombre. Una vez que se da el click para enviar la solicitud de prenda, la empresa se pone manos a la obra desde su taller en Nueva York. Y si se hubiera adaptado una vestimenta de un prestigioso diseñador, puede tardar un mes en recibir el pedido encargado directamente a la casa de moda. Tinker Tailor trabaja con unos 120 creadores en todo el mundo, entre grandes nombres como Rodarte, Marchesa, Vivienne Westwood, Alberta Ferreti, Giambattista Valli.

Personalizar una prenda es la palabra que más se repite en la voz de Auslang. Ello no quita que un diseñador de la talla de Marchesa se ofenda porque una clienta quiera cambiar las mangas de un vestido. “Todo lo contrario, los diseñadores están entusiasmados en saber lo que la clienta quiere, y a las mujeres se les da oportunidad de interactuar con el diseñador”, dice la empresaria.

Así es como el pasado noviembre Marchesa interactuó directamente con sus clientas en Arabia Saudita. En un viaje de Tinker Tailor, organizado por la princesa saudí Reema Bandar Al Saud, consejera e inversionista de la empresa, donde reunieron a unas 120 mujeres de la alta sociedad de Riad, entre ellas 20 princesas, en un sitio idílico a las afuera de la capital. Auslang enfatiza que “fue la presentación oficial de nosotros en Oriente Medio, en un lugar de ensueño, muy parecido al Cañón del Colorado. La princesa Reema se encargó de la logística para traer a todas esas mujeres con la ayuda de Uber (en Arabia Saudita las mujeres no pueden conducir) y al ritmo de DJ’s, en un soñado atardecer, se lanzó la empresa. Al día siguiente, en el palacio, Marchesa probó tallas y adaptó sus diseños al gusto de las mujeres que pedían prendas que taparan más el cuerpo”.

Sin embargo, el principal mercado de ventas para Tinker Tailor es Estados Unidos, le sigue Rusia, Londres y Oriente Medio. Es una empresa bien pensada con ambición de tener una fuerte presencia internacional. Para ello cuentan con la web, el mejor y más visible escaparate del mundo, junto a ingenieros, quienes detrás de la vitrina, se encargan de que la página funcione con agilidad y facilidad. Así también se han arropado por grandes nombres de la industria de la moda para su consejo asesor, como la popular bloguera Leandra Medine, creadora del exitoso blog Man Repeller. "Tailor está respondiendo a una dirección obvia en la personalización de prendas. Estamos viviendo en la era del estilo personal en contraposición a las tendencias, evitando un modo homogéneo de vestir”. Y en esta exclusividad al vestir, ¿cómo lo haces tu? “yo, probando, con ensayo y error”.