_
_
_
_
3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Tu madre es una avanzadora, y lo sabes

Por Laura Hurtado (@laurtado).

Sole Giménez, Jineth Bedoya y Pilar Jurado, durante la presentación del librodisco de Avanzadoras

Cuando leo las historias de mujeres recogidas en el discolibro Avanzadoras siempre pienso en mi madre. Ya sea una activista con estudios universitarios de Ecuador (como Johanna), una campesina indígena de Guatemala (como María) o una refugiada en un campo perdido de Sudán del Sur (como Martha).

Llamamos a estas mujeres avanzadoras porque hacen avanzar el mundo. Son mujeres que luchan cada día, y de forma cotidiana, por derechos tan elementales como poder estudiar, cobrar por el trabajo que realizan o no sufrir maltrato. Como hace mi madre, y muchas madres en el mundo.

Seguro que nuestras madres se identificarán con las mujeres avanzadoras y descubrirán que no están solas, que hay otras mujeres al otro lado del planeta que abren camino como ellas.Se reconocerán en Johanna, coordinadora de la Fundación Yerbabuena de Ecuador, que ya de pequeña se negaba a ir siempre con faldas y reclamaba cuando veía que sus colegas varones tenían ciertos privilegios.

También es probable que vean en ellas a Moon Sharma, presidenta de una cooperativa de comercio justo de la India, que de muy joven se rebeló contra el tipo de vida que le imponían sus padres. Hoy afirma orgullosa que se ha mantenido soltera en un país donde muchas mujeres son obligadas a casarse siendo niñas.

Igualmente, puede que nuestras madres se vean reflejadas en Mariam Nana, joven emprendedora de Burkina Faso, que consiguió que su marido la dejara salir a trabajar y ganarse un sueldo por su cuenta.

Así se sintieron también las mujeres que han interpretado las 12 canciones escritas por mujeres y que también han tenido que pelear mucho para estar donde están. Sole Giménez, Ana Belén, Pilar Jurado, María de Medeiros, Lamari de Chambao, entre muchas otras, son ejemplos de trabajo, excelencia y superación, y de generosidad.

Avanzadoras y el discolibro son el mejor homenaje que se puede hacer a la mujer y a la madre. Y además todos los beneficios de su venta se dedican a proyectos en pro de los derechos a las mujeres en España y en el extranjero. No se me ocurre un mejor regalo para el primer domingo de mayo.

Renacer

A veces, antes de acostarme, me estremezco mirando a mis hijos que duermen. Tan frágiles, tan suaves, esencias de vidas que comienzan. Por mis hijos daría mi vida. Como Marta.

Martha arrastra a tres niños sobre ella y otros tres más la siguen. Martha atraviesa el desierto. No le queda nada, no tiene casa, no tiene pertenencias, ha perdido al resto de su familia. Sin embargo es capaz de crear un nuevo hogar en el que sus seis hijos podrán sobrevivir. De las cenizas de su desgracia Marta renace como un ave fénix.

Las mujeres tenemos esa capacidad de renacer con cada adversidad. Renacemos con cada hijo. Renacemos con cada golpe. Renacemos orgullosas y valientes y seguimos avanzando. Y en esta resurrección arrastramos a quien nos rodea. Somos el motor que hace que todo siga adelante dentro del gran cambio que es en si la vida.

No me puedo imaginar que de la noche a la mañana tuviera que abandonar mi casa, mi barrio, mi ciudad. No he tenido que vivir la crudeza que ha vivido Martha pero siento su fuerza en mí. Si ella ha podido, yo también.

Texto del disco libro avanzadoras por Lucila Rodriguez-Alarcon (@lularoal)

Comentarios

Por suerte la mayoría de mujeres somos mucho mas que madres y renegamos de ese maternalismo social tan eficientista. Parir es una elección sólo cuando puedes escoger si pares o no. Cosa que no ocurre en la mayoría de los países de donde provienen esas avanzadoras. Arrastrar 6 hijos e hijas por el desierto es una maldición y en vez de enaltercerlo deberíamos reclamar de una vez que se nos permita vivir en paz. Menos sacrificios, más control sobre nuestro propio cuerpo y menos violencia machista. Y por supuesto, es una broma absurda comparar la situación que tiene una directiva de ongd con una mujer que se encuentra en una situación como la que se describe que vive Martha. Claro que puedes, sólo faltaría que con tu condición de privilegio no pudieras.
Por suerte la mayoría de mujeres somos mucho mas que madres y renegamos de ese maternalismo social tan eficientista. Parir es una elección sólo cuando puedes escoger si pares o no. Cosa que no ocurre en la mayoría de los países de donde provienen esas avanzadoras. Arrastrar 6 hijos e hijas por el desierto es una maldición y en vez de enaltercerlo deberíamos reclamar de una vez que se nos permita vivir en paz. Menos sacrificios, más control sobre nuestro propio cuerpo y menos violencia machista. Y por supuesto, es una broma absurda comparar la situación que tiene una directiva de ongd con una mujer que se encuentra en una situación como la que se describe que vive Martha. Claro que puedes, sólo faltaría que con tu condición de privilegio no pudieras.
Por suerte la mayoría de mujeres somos mucho mas que madres y renegamos de ese maternalismo social tan eficientista. Parir es una elección sólo cuando puedes escoger si pares o no. Cosa que no ocurre en la mayoría de los países de donde provienen esas avanzadoras. Arrastrar 6 hijos e hijas por el desierto es una maldición y en vez de enaltercerlo deberíamos reclamar de una vez que se nos permita vivir en paz. Menos sacrificios, más control sobre nuestro propio cuerpo y menos violencia machista. Y por supuesto, es una broma absurda comparar la situación que tiene una directiva de ongd con una mujer que se encuentra en una situación como la que se describe que vive Martha. Claro que puedes, sólo faltaría que con tu condición de privilegio no pudieras.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_