Historia de un cerdo: el “porc negre” ibicenco
No habían dado todavía las once de la mañana de ayer sábado cuando entrábamos en la granja escuela de Ronnie, Ca´n Pere Mussona , cerca de Santa Eulalia. Espacio con huerta y explotaciones de ganadería de juguete, donde desde hace pocos años se crían animales en riesgo de extinción, corderos, conejos, gallinas y cerdos negros de raza ibicenca destinados a recibir la certificación del Consell Balear de la Producción Agrària y Ecológica, según la normativa europea.
“Ronnie está loco, tiene un mérito enorme, de no haber sido por su entusiasmo el porc negre de esta isla habría desaparecido”, me dijo Reartes. “Hace siete años consiguió un ejemplar en Formentera con el que se paseaba por las ferias. Más tarde lo cruzaría con el otro que quedaba también en aquella isla y empezó su aventura sin la ayuda de nadie, salvo el respaldo científico del Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba”. Recorrimos la granja, nos mostraron varios cerdos, machos y hembras reproductores, junto a crías con tres meses de vida. No más de 26 animales, que se alimentan al aire libre con harinas y granos de certificación ecológica, según nos recalcaron varias veces. En suma, una cabaña mínima.
Apenas una hora después nos encontrábamos en el segundo eslabón de la cadena. “Si nadie comercializa la carne del porc negre su recuperación no sería viable”, insistió Reartes.
En las magníficas instalaciones de (Los Gallegos) familia de carniceros, nos esperaba Javier Murias, uno de los propietarios de la firma junto con su hermano Jorge y su padre fundador de la carnicería. “Nosotros hemos desarrollado ya nuestra propia cabaña, tenemos cerca de 90 ejemplares de porc negre que utilizamos para elaborar sobrasada con pimentón de la isla, el famoso “citró de matances”. Contamos con el apoyo científico de la Universidad de Zaragoza. El futuro de esta raza autóctona se consolidará cuando lo consuman en fresco los restaurantes de Ibiza. Es una carne deliciosa aunque no tenga la misma infiltración grasa que el porc negre de Mallorca. No hemos hecho más que empezar la aventura”.
Por fin, hoy he tenido la suerte de probar la carne del porc negre en el restauranteLipsReartes que gestionaDavid cerca de Ibiza, en la playa d´en Bossa.Primero una sobrasada con una curación de 3 semanas que Reartes asó al horno, untó sobre pan tostado y roció con tomate rallado y jugo de albahaca. Deliciosa.
¿Cuantos cocineros en nuestro país, igual que David Reartes, llevan años trabajando en favor de la recuperación de productos en riesgo de extinción en sus respectivos territorios?
Que nadie se enfade si me olvido de algunos nombres, los que he omitido son mucho más numerosos que los que cito. Profesionales que con su trabajo cotidiano contribuyen a recuperar especies vegetales y animales y ayudan a mantener la biodiversidad de sus territorios y mares.
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