Los deportes minoritarios
Hoy en día no se valoran los deportes por su dificultad ni por su belleza, sino por el espectáculo que ofrecen al público. En los medios de comunicación se puede apreciar cómo se otorga preferencia a un deporte en particular: estoy hablando del fútbol. No es de extrañar, ya que el fútbol es una gran máquina de dinero que mueve millones de euros al año. Entonces, ¿de qué estamos hablando, de un deporte o de una empresa?
Esta repercusión mediática o empresarial (como les guste llamarlo) ha afectado a los deportes minoritarios, o incluso a los que teniendo mucha relevancia no son tan mayoritarios como el fútbol. Han quedado relegados a dos minutos de protagonismo en la televisión o a una pequeña columna en el periódico. Esto ha llegado a tal punto que el cambio de peinado de un jugador de fútbol llega a ser más importante que los oros ganados por un deportista de otra disciplina.— Raúl Camps Simarro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.