Fármacos, en las dosis justas
Con algunos medicamentos no se toman las más mínimas precauciones
Se dice que el más mortal de los venenos, como el cianuro, puede resultar inocuo, y el más inocuo de los productos, como el agua, puede llegar a ser mortal. Todo depende de la dosis. El problema es que si alguien tuviera en sus manos una píldora de cianuro escrutaría el prospecto hasta cerciorarse de que la dosis es segura; en cambio, con algunos medicamentos no se toman las más mínimas precauciones.
La Agencia Española del Medicamento ha lanzado una advertencia sobre los riesgos de mal uso de uno de los fármacos de mayor consumo en España, el ibuprofeno. En concreto ha advertido que este antiinflamatorio no debe administrarse en dosis altas (superiores a 2.400 milígramos al día) en personas con alguna afección cardiovascular.
Con el ibuprofeno ocurre lo mismo que con cualquier otro fármaco: que puede ser muy eficaz, pero tiene efectos adversos. En dosis altas aumenta el riesgo cardiovascular y, como toda la familia de los antiinflamatorios no esteroides, también puede provocar sangrado digestivo. Hace un año, varias sociedades médicas advirtieron en un documento de consenso que, salvo indicaciones médicas precisas, no debían consumirse más de 1.200 miligramos al día y durante un periodo no superior a dos semanas.
Debe tomarse por tanto con mucha precaución. El problema es que se ha hecho tan popular que algunos médicos quizá lo recetan por rutina y muchos pacientes lo toman también por rutina, y además sin consultar con el médico, como un comodín farmacológico ante cualquier mínimo síntoma de dolor o malestar, e incluso como preventivo de unas agujetas.
La necesidad de hacer un uso racional y responsable de los medicamentos no es un simple eslogan. No hacerlo tiene graves consecuencias, no solo porque supone un gasto excesivo e injustificado, sino porque puede repercutir en la salud individual y tener además efectos colectivos, como se ha demostrado en el caso de los antibióticos. Su mal uso está provocando la aparición de cepas bacterianas resistentes a los tratamientos. Por haber hecho un uso incorrecto de este recurso, ahora podemos volver a morir por las mismas infecciones comunes que atacaban a nuestros abuelos y bisabuelos.
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