A salto de mata

No hace falta irse muy lejos en la hemeroteca para saber que, cuando se pone a políticos a hacer museos, las cosas nunca acaban bien. Por ello sorprende la entrevista a José Rodríguez-Spiteri, presidente de Patrimonio Nacional; este respetable diplomático, metido ahora a gestor cultural, pretende llevarse cuatro de las 15 mejores piezas de El Prado a un futuro museo, de nueva planta y cuya necesidad y sentido son más que discutibles en tiempos de estrechez. Me pregunto si, desde un punto de vista científico, no estarán bien los cuadros donde están, bien conservados y dotando como dotan de discurso la exhibición de una de las mejores colecciones del mundo. También, si no será mejor para el gran público aproximarse a los grandes maestros viendo dialogar sus obras con otras piezas coetáneas de primer nivel con las que han compartido muros desde hace decenios. Por último, quiero pensar que el señor Rodríguez-Spiteri es consciente de que poner en aprietos institucionales a una de nuestras instituciones señeras puede tener un alto costo en términos de reputación; El Prado no es sólo un museo, es un centro de generación de conocimiento de primer nivel, respetado dentro y fuera de nuestras fronteras, que tiene que continuar atrayendo a los mejores. Al final, este es un ejemplo más de cómo se toman las decisiones en España: a salto de mata, sin participación ciudadana, de manera aislada y sin evaluar su necesidad e impacto. Así estamos.— Sergi Pérez Serrano.