Ceguera episcopal
Recientemente una revista publicó el lugar donde vivirá el anterior presidente de la Conferencia Episcopal, una casa valorada en más de un millón de euros, remodelada con casi medio millón; dos monjas y un secretario serán los sirvientes del expresidente. Además del escándalo y la sorpresa pueden producirse consecuencias indeseadas. En poco tiempo seremos convocados a la presentación voluntaria de la declaración de la renta; en dicho documento figura una casilla para colocar una cruz para dedicar un porcentaje a la Iglesia católica. ¿A la Iglesia o al retiro dorado de Rouco? Pensarán algunos. Quizá. Otra consecuencia sería la de que las monjas no cumplirían su vocación de servir a Dios y a los pobres. Se verían apartadas de su camino.— Carlos Gil de Gómez Solana.
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