Lo que nos faltaba: también los neandertales dividían las tareas por sexos, según acaba de concluir una investigación sobre sus piezas dentales en Asturias, Francia y Bélgica. El estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) sugiere que machos y hembras tenían iguales herramientas pero se ocupaban de distintas labores y, por ejemplo, eran ellas las costureras. Esto hace pensar que nuestra especie hermana —a la que Javier Sampedro llama "el extranjero en el tiempo"— era más similar a nosotros de lo que queremos pensar. Para lo bueno y, nos tememos, también para lo malo.
Incluso si se probara que ellas cosían mientras ellos cazaban, sería poco riguroso pretender dar lecciones de igualdad de género, concepto ideológico muy moderno, a la sociedad neandertal. Sigue abierta la pregunta: ¿es que todas las culturas humanas han sido machistas? Si es así, ¿por qué? Lo cierto es que los historiadores no han encontrado rastro de una civilización matriarcal de cierta envergadura, y algunos las han buscado con afán. El patriarcado domina a la humanidad al menos desde la revolución agrícola, hace 10.000 años, y solo hace un siglo que empezó a ser cuestionado.
Lo cuenta bien el ensayo De animales a dioses. Breve historia de la humanidad (Debate). El historiador israelí Yuval Noah Harari reflexiona en uno de los capítulos ('No hay justicia en la historia') sobre las raíces de la desigualdad entre sexos y acaba formulando tres teorías que sometemos aquí a debate. "El patriarcado ha sido la norma en casi todas las sociedades agrícolas e industriales y ha resistido tenazmente los cambios políticos, las revoluciones sociales y las transformaciones económicas", escribe. "Puesto que el patriarcado es tan universal, no puede ser el producto de algún círculo vicioso que se pusiera en marcha por un acontecimiento casual". Entonces ¿dónde está su origen? ¿En la masa muscular, en la propensión a la violencia? ¿O será que el machismo está grabado a fuego en los genes? Harari admite que ninguna de sus teorías es del todo convincente. A continuación, con pros y contras, sus argumentos y los de otros expertos.
1- Potencia muscular. Una idea muy extendida: el hombre somete a las mujeres por su mayor fuerza física. Por el mismo motivo se ocupó de los trabajos más duros y de esa forma acabó controlando la producción. Es una explicación sencilla, intuitiva. Pero juegan en su contra algunas objeciones: que los hombres son más fuertes es una verdad a medias (solo como promedio; y ellas suelen ser más resistentes al dolor o la enfermedad). Otro reparo es más de fondo: el poder social no suele depender de la fuerza física. Ni reyes ni generales ni sacerdotes han llegado a donde están por su musculatura. Lo normal ha sido más bien que desde el poder se viera el trabajo duro como cosa de esclavos, siervos o mercenarios.
2- La propensión a la violencia. Es una variación del razonamiento anterior con un matiz: la clave no es la fuerza sino la agresividad. "Millones de años de evolución han hecho a los hombres mucho más violentos que las mujeres", sostiene Harari. "Los hombres son más proclives a la violencia física y bruta", si bien, aclara, las fuerzas estarían parejas en la capacidad de conspirar, manipular o traicionar. Vistas las cifras esto no es ningún disparate: la inmensa mayoría de condenados por delitos violentos en todo el mundo son varones. En España, con datos de 2012, hubo 3.677 condenas por homicidio para varones, frente a solo 285 por mujeres, menos del 8%. Entonces, volviendo a Harari, habría sido la guerra la que forjó la sociedad y el patriarcado. Algunos peros: las guerras no son una pelea a puñetazos; las ganan los estrategas, los más organizados, o los que saben tejer alianzas y recabar apoyos. No los más brutos. Y, si la mujer estuviera mejor dotada para la negociación, ¿cómo no ocupó el poder político?, se pregunta el historiador.
3- Los genes. Atención que esto es peliagudo: ¿nos ha programado la evolución para el machismo? Según este punto de vista, durante millones de años "hombres y mujeres desarrollaron diferentes estrategias de supervivencia y reproducción". Entra aquí en juego la selección sexual que planteó Darwin: los hombres que lograban tener descendencia eran los más ambiciosos y competitivos; esa dinámica las convirtió a ellas en dependientes, al propiciar la descendencia de las que daban el perfil de "cuidadoras sumisas". Pero Harari también cree que esta hipótesis tiene grietas: en especies como los elefantes y los bonobos, la selección sexual llevó a una sociedad matriarcal en la que las hembras crean redes de cooperación muy eficaces frente a unos machos más individualistas. ¿Por qué no fue así con el sapiens?
Complicado debate. Uno echa de menos más atención a la maternidad, que aún en el siglo XXI sigue siendo un gran factor (¿el principal?) de discriminación femenina. Si acudimos a Darwin y Wallace, los padres del evolucionismo, podemos llevarnos un chasco: cosas de su época, les preocupaba poco el sexismo. Y consideraban obvia la superioridad intelectual masculina. Esto escribió Charles Darwin en El origen del hombre y la selección en relación al sexo,en 1871:
"La diferencia fundamental entre el poderío intelectual de cada sexo se manifiesta en el hecho de que el hombre consigue más eminencia en cualquier actividad que emprenda de la que puede alcanzar la mujer (tanto si dicha actividad requiere pensamiento profundo, poder de raciocinio, imaginación aguda o, simplemente, el empleo de los sentidos o las manos)".
Un visitante en el Museo de la Evolución Humana de Burgos (GONZALO AZUMENDI)
El machismo implícito en el discurso del primer científico que explicó de dónde venimos lo analiza Elena Hernández Corrochano, profesora de Antropología de la UNED, en su artículo Darwin, los antropólogos sociales y las mujeres, publicado en Clepsydra en 2010. "Las ideas que Darwin y otros muchos eruditos de su época tenían sobre las mujeres eran creencias muy arraigadas en el imaginario colectivo, antes filosofadas por Rousseau, Diderot o Montesquieu". No desentonaba con su tiempo pero, eso sí se le puede reprochar, Darwin dio "una base científica a la universal subordinación de la mujer al hombre, una subordinación que, al darse en todas las sociedades que habían llegado al estado de civilización, se convertía en la mejor posición a la que las mujeres podían aspirar".
Darwin no sería un feminista, de acuerdo, pero la cuestión sigue abierta: ¿estamos programados para el machismo? Responde una autoridad, el biólogo Jaume Bertranpetit, miembro del Institut de Biologia Evolutiva (IBE) del CSIC y la Universitat Pomeu Fabra y director de ICREA. "La pregunta está mal formulada. Si el machismo es la respuesta (el resultado) ¿cuál es la pregunta (las condiciones que lo han permitido)? No hay que negarse a aceptar las diferencias sexuales, bien determinadas por los genes y que tienen importantes implicaciones sociales. Sólo hace falta ver cómo se relaciona el dimorfismo sexual con la estructura de grupos en los diversos primates: fuerte dimorfismo en grupos con pocos machos y muchas hembras; escaso dimorfismo en los que forman parejas estables".
Para este estudioso de la evolución, "no hay duda de las diferencias entre sexos, sean físicas o de comportamiento; en humanos estas diferencias son pequeñas pero evidentes. Pero eso no implica que estas diferencias lleven a situaciones de poder social. La biología nos muestra cómo son las cosas. Y es importante saberlas porque entonces culturalmente podemos cambiar nuestro comportamiento para adecuarlo a nuestros propósitos".
Tiene otro punto de vista la antropóloga Elena Hernández. Preguntada sobre las tres teorías del historiador israelí sobre las raíces del patriarcado, es rotunda: "Como sistema de subordinación que es, el patriarcado tiene que ver con la organización social de la sexualidad y de la reproducción, y no con supuestos biologicistas y naturalistas como los que propone Harari, que nos podrían llevar a entender que la subordinación de las mujeres es algo inevitable". Y añade: "Algunas antropólogas entendemos que no es tan importante saber el origen de este sistema de subordinación, como llegar a entender cómo se implementa en las diferentes culturas".
Otro experto, Joan Manuel Cabezas López, doctor en Antropología Social y coordinador de Etnosistema, se opone al "neogenetismo" que atribuye el comportamiento social a imperativos de la especie. "No considero plausible, ni tan siquiera como simple conjetura, que la biología o la genética expliquen ninguna conducta humana. Y mucho menos las comparaciones con elefantes o incluso con chimpancés, ya que dichos animales carecen de lo que distingue al Homo sapiens del resto de los seres vivos: la capacidad de generar complejos sistemas simbólicos, es decir, la posibilidad de cambiar el mundo factual a través de ideas".
Imagen del documental 'Homo sapiens' (2005)
Pero hablábamos del patriarcado como modelo universal. ¿De verdad lo ha sido? Son muchos los científicos que buscaron huellas de un matriarcado prehistórico. En el siglo XIX se extendió la creencia en un estado primitivo del hombre en que las mujeres habrían detentado el poder para luego perderlo (se supone que por un avance evolutivo). La idea la formulaba en 1861 Johann Jakob Bachofen en El derecho materno: una investigación sobre la ginecocracia en el mundo antiguo. Pero, en opinión de Elena Hernández,como única prueba se agarraba a los mitos. Otro estudioso del siglo XIX,Lewis Morgan, miró como ejemplo el modelo social de los indígenas iroqueses de Norteamérica, pero esta experta objeta que el que fuera matrilineal (la descendencia se define por la línea materna) no significa que fuera un matriarcado.
Morgan explicaba la evolución de la familia de esta forma: el hombre había vivido inicialmente en la promiscuidad (principalmente incestuosa entre hermanos), luego en la poliandría (varios hombres compartían mujeres raptadas de otra tribu, eso garantizó al menos la diversidad genética) antes de llegar a la "familia bárbara" (una pareja sometida a la autoridad tribal), a la poligamia (derivada de la propiedad privada) y luego a la "familia civilizada". Según su tesis, fue la acumulación de riqueza, y con ella la idea de transmisión de la herencia, la que llevó al patriarcado.
El antropólogo Cabezas es rotundo al afirma que el matriarcado es un mito "si entendemos como matriarcado el reverso o polo opuesto del patriarcado. Nunca ha existido tal sociedad en la que las mujeres oprimían a los hombres. Lo que sí que hubo, y todavía hay, son sociedades en las cuales el género no constituye un elemento estratégico en la arquitectura social". Y añade: "Hablar de la sociedad matriarcal como estado primigenio-primitivo era, en la época del evolucionismo, considerarla como una sociedad inferior, arcaica, irracional... Exactamente lo mismo que se pensaba de las mujeres en la sociedad decimonónica, y que todavía se piensa de los primitivos hoy en día". Este artículo de la revista Mito profundiza en el asunto del matriarcado.
Cabezas se afana en desmontar las tesis de Harari: "La agresividad no es de origen genético, sino cultural: la socialización es la que ha podido comportar más violencia entre los varones en determinados grupos humanos". Y aporta un ejemplo: en Nueva Guinea, entre la etnia de los tchambuli, las mujeres se afeitan la cabeza, acostumbran a reírse de manera ruidosa, muestran una solidaridad de camaradas y son muy eficaces cazando. En cambio, los hombres se preocupan por el arte, emplean mucho tiempo para peinarse y están siempre criticando al sexo contrario… "A pocos kilómetros, otros grupos étnicos tienen percepciones completamente diferente de las expectativas y roles de género. El género, por lo tanto, es siempre una construcción social, jamás reducible al sexo". Y añade, en relación con la supuesta predisposición genética a la violencia en los varones, que en lugares como África "han existido ejércitos de élite formados exclusivamente por mujeres hasta hace sólo un siglo".
Vaya, parece que el argumento de que hubiera un factor genético en el machismo resulta el más polémico, y eso que Harari no se inclina por esa teoría entre las tres que maneja. ¿No será que situamos lo que a ojos de hoy es políticamente correcto por encima de la verdad científica? Para añadir gasolina al fuego, otro polémico libro recién publicado, Una herencia incómoda, de Nicholas Wade, argumenta que el comportamiento social no sería solo una construcción cultural sino que podría estar determinado en los genes. Lo que ahondaría en la tercera tesis de Harari.
Ilustración del que podría ser un 'Homo ergaster' según un cráneo hallado en Dmanisi
Wade, que ha trabajado en Nature, Science y The New York Times, escribe que entre los cazadores-recolectores "la única división del trabajo era entre los sexos": ellos cazaban y ellas recolectaban. Pero ve la clave en la tribu: "Las sociedades tribales han existido probablemente desde el principio de la especie humana". Y esas tribus, sostiene, se cruzaban mediante el intercambio de mujeres y se organizaban sobre la base de linajes que siguen la línea genealógica masculina. ¿Y antes de eso? Cuenta Wade que el Homo ergaster, hace aproximadamente 1,7 millones de años "es el primer antepasado humano en el que los machos no eran mucho mayores que las hembras. Una gran diferencia de tamaño entre los sexos, como en los gorilas, indica competencia entre machos y una estructura de harén. La diferencia de tamaño disminuye a medida que la formación de pareja se va haciendo más común". Pero, ay, Wade no dedica mucha atención a las diferencias entre sexos porque en su libro le interesa más lo que distingue a las razas, lo que le ha valido un aluvión de críticas (puede leer la de Jaume Bertranpetit) y acusaciones de racismo.
Y entonces, ¿con qué versión nos quedamos sobre el origen del patriarcado? Harari admite que no tiene una respuesta satisfactoria. "Quizás las hipótesis comunes sean simplemente erróneas. ¿Acaso los machos de la especie Homo sapiens no están caracterizados por la fuerza física, la agresividad y la competitividad, sino por unas habilidades sociales superiores y una mayor tendencia a cooperar? Sencillamente, no lo sabemos". Pero al final de su capítulo parece decantarse por la idea de que no hay nada inmutable en el machismo: "Lo que sabemos es que durante el último siglo los papeles de género han experimentado una revolución extraordinaria. (...) Estos cambios espectaculares son precisamente los que hacen que la historia del género nos deje tan estupefactos. Si, como hoy se ha demostrado de manera tan clara, el sistema patriarcal se ha basado en mitos infundados y no en hechos biológicos, ¿qué es lo que explica la universalidad y estabilidad de este sistema?".
Si ha llegado hasta aquí, se habrá dado cuenta de que no teníamos una respuesta al origen del machismo, pero al menos su búsqueda es apasionante. Y nos ayuda a pensar no sólo en cómo llegamos a ser así, sino en cómo queremos ser.
Me parece increíble que en este artículo no se mencione la religión (mayoritariamente las de origen judeo-crsitianas, junto a la musulmana), que me parece que han sido las formas de adoctrinamiento más claras del subyugamiento de la mujer en la sociedad o grupos humanos.
Resulta curioso que al historiador israelí no se le haya ocurrido una cosa tan sencilla como la capacidad de gestación de la mujer como origen del machismo. Así que refraseo su postulado: "Puesto que la sumisión de la hembra al macho es tan universal, no puede ser el producto de algún círculo vicioso que se pusiera en marcha por un acontecimiento casual". La mujer es (era) esclava de su biología. Una mujer gestante ve comprometida su supervivencia debido a su estado. La única solución posible es ofrecer su sumisión a un macho protector y proveedor. La mujer acaba de inventar el machismo. ¿Cuál es la diferencia entre bonobos y humanos? Sencilla: Los bonobos viven en ecosistemas en los que hay comida de sobra y no tienen competidores. Y cuando no hay competencia por la comida ni amenazas externas, la violencia y los roles se difuminan. Fácil, ¿no?
En mi opinión, hay dos aspectos que favorecen el machismo:- Supervivencia:la poligamia es un intento de asegurar la fertilización de las mujeres, cuantas más mejor, porque la fertilización debe ser lo más continua posible para asegurar la supervivencia de los descendientes. Cuando es muy fácil que las crías (y las madres) mueran es necesario, por probabilidad estadística, asegurar el máximo número de embarazos. La intensidad de este principio dependerá de las condiciones de vida de cada grupo humano, pero siempre tenderá a maximizar las probabilidades de asegurar la supervivencia del grupo. Por no hablar de que a más brazos, más capacidad de trabajo para la comunidad.No es casualidad que cuando la mortalidad infantil y puerperal ha descendido, es cuando el machismo ha empezado a remitir.Puede ocurrir también que de tanto afán de protección a la mujer, a través de la cual llegan nuevos miembros a la comunidad, se terminó por enclaustrarla y limitar su ámbito de vida.- Transmisión patrimonial: Cuando existen bienes que transmitir y al mismo tiempo cuando es tan costoso sacar adelante a los hijos, los hombres se esfuerzan en atender a sus propios hijos, a los hijos de su sangre, con sus genes, y no quieren arriesgarse a que su mujer sea fertilizada por otro macho.Eso ocurre en el otras especies animales, no dudan en matar crías si no están seguros de que tienen su carga genética.Esta aspecto es otro incentivo a tener a las mujeres 'atadas a la pata de la cama'.¿Cuándo puede cambiar esta situación de dominio?Cuando sea más eficiente para la supervivencia la cooperación entre hombres y mujeres.En la civilización del conocimiento, ¿alguien duda de que NO se puede prescindir del 50% del potencial intelectual humano!!!???La cultura musulmana parasita el conocimiento generado por la civilización occidental, pero no genera ninguno propio, tal vez porque se empeña en seguir teniendo a sus mujeres en la prehistoria.
Decir que la agresividad no es de origen genético, sino cultural es una de las mayores barbaridades que he oido en mi vida. ¿Como puede alguien que se dedica a la ciencia sostener tal majaderia? ¿La agresividad de un gato que se siente amenazado es de origen cultural? Por dios...
Apliquemos el sentido común: ¿Por qué una sociedad humana va a adoptar un esquema social que le perjudique? Las sociedades humanas y los grupos animales adoptan las estrategias que maximizan sus posibilidades de supervivencia. Y la división de roles ha demostrado ser la mejor estrategia de supervivencia para la raza humana en las economías de subsistencia, que ha sido la forma de vida dominante a lo largo de los siglos. Solo en un ambiente con alimento de sobra y sin amenazas externas puede una sociedad plantearse otro modelo.
El comentario de Tontiarcado me parece simplemente brillante. En todo el articulo se decanta por una postura mas construccionista social a una mas genetista. La verdad es que la psicologia evolutiva es la que lleva avanzando mas la respuesta a estas tesis.
Y a mi me parece increible que en ningun momento se menciones la testosterona como hormona que marca en gran parte la conducta en todo el reino animal, y se quiera o no somos seres que venimos de los animales no seres celestiales.. altos niveles de testosterona hace a los animales machos dominantes, impulsivos, agresivos, fuertes y muy sexuales etc.. solo falta decir que la naturaleza es machista en su origen... y enseñar a los gatos, perros, leones monos y simios etc.. a no ser tan machistas..
"Lo que nos faltaba: también los neandertales dividían las tareas por sexos"... pues lo mismos que el resto de los animales. ¿O acaso somos menos animales que los animales?. El cerebro marca la diferencia con los animales que diría un biólogo y el alma también replicaría un teólogo. http://elvillanoarrinconado.blogspot.com.es/
Los neardantales dividian las tareas segun su sexo, y tambien por su edad o estatus en el grupo: los jovenes irian a cazar y como dice Tontiarcado, en un sistema por donde la comida sea escasa o haya otros peligros; es logico que una mujer embarazada o con hijos pequeños buscaria la proteccion del tio mas fuerte de la tribu (de hay que los musculitos liguen mas, muchas de nuestras acciones en la relaciones entre hombres y mujeres, grupos de gente vienen de atras) Pero sigo pensando que una de las grandes causantes del machismo son las religiones monoteistas (todas sin excepcion).
Quizás los científicos lleguen a algún acuerdo o quizás no. Pero lo que sí podemos es cuestionar al patriarcado como sistema social, político y económico. Lo que ha existido durante siglos no tiene porque perdurar si la mitad de la población mundial, las muejres, no quieren. Y esa es la cuestión, la realidad es que las mujeres (y algunos hombres...pocos...) ven al patriarcado como algo obsoleto y arcaico que perjudica a hombres y a mujeres por igual. Es decir, es importante saber el origen pero más importante aún es saber que ha quedado obsoleto y hay que cambiar a un mundo más justo, más solidario, más igualitario. Y eso es un cambio imparable y es el futuro de la humanidad.
Es interesante ver cómo se proponen teorías diferentes plausibles y se desechan una tras una porque no son perfectas. Digo yo, ¿no será que, como en casi todo, la respuesta es una mezcla de todo lo propuesto? Sin dejar de lado cuestiones biológicas/genéticas, y por supuesto, culturales/sociales...
¿No se tratará más bien de una protección de la especie?, puede ser que instintivamente desde las socuiedades primitivas a la mujer se la considera la que perpetúa el individuo y por tanto la especie, es decir, en el caso más extremo, suponiendo una gran pérdida de varones, un sólo varón y varias hembras permitiría mantener el grupo social, si la pérdida es de hembras y no de varones la especie peligra, por tanto, puede ser que la sociedad patriarcal se produzca como consecuencia de la protección a la mujer y los hijos, que quedarían reducidos a papeles menos agresivos dentro de la sociedad, en tanto que los varones se ocuparían de los papeles más hostiles y defensivos.
Quizás habría que enfocar el estudio hacia el comprtamiento sexista de los mamíferos. La leona caza, cuida a la prole se somete al macho y come lo que ella misma ha cazado después del macho. Somos otro animal más y tenemos conductas muy parecidas. Hay genes, hay músculo, hay costumbres pero sober todo, hay que corregirlo.
Interesante artículo. Impresionantes los prejuicios del antropólogo (científico?) Cabezas. Dice que "No considero plausible, ni tan siquiera como simple conjetura, que la biología o la genética expliquen ninguna conducta humana.” ¡Guau! “ni siquiera como conjetura”. O sea que el practicar sexo por ejemplo no se explica por la biología. ¡Todo es cultural! ¡Que guay!
Este reportaje está completamente lleno de errores de interpretación. Para comenzar, the male warrior hypothesis explica las diferencias sexuales en agresión entre los sexos. No es necesario, aunque si complementario, un marco teórico social para explicar el surgimiento del machismo en nuestra especie. Solo hay que remitirse a nuestra historia natural para comprender que lo que vemos hoy, en algún momento fue adaptativo. Las razones pueden ser muchas, pero claramente estuvieron vinculadas a la supervivencia y la reproducción y esas causas son las que construyen todo lo demás, por lo que si realmente queremos conocer donde se gesta el machismo, necesariamente tenemos que ver nuestra genética, nuestra fisiología, nuestra antropometría y solo a continuación los constructos sociales.
Es una tontería, a mi entender, hablar de machismo en esas épocas. Se llama distribución de tareas según capacidades, las manos pequeñas van bien para coser, la fuerza para cazar. El término machismo tiene sentido hoy en día porque no se necesitan las mismas capacidades físicas que entonces, ahora nuestras tareas son más intelectuales y las que necesitan de fuerza tenemos herramientas para ayudarnos, por tanto un ser más débil que otro puede hacer la misma tarea física con igual rendimiento. Por ejemplo, para manejar una excavadora, qué más da quien la maneje. Hoy en día el cuidado de los niños no es exclusivo de las mujeres porque existen biberones, sacaleches, leches no maternas que pueden alimentar al niño sin necesidad de mamas. El machismo es actual porque hoy en día tenemos las mismas capacidades para las tareas de nuestro entorno.
No se somete al más tonto ni al más debil, sino al que es más útil en un momento histórico. Así, de entre la población negra de África, no llegaron como esclavos los pueblos pigmeos, sino los más fuertes y que desde luego no eran tontos. Así, en el momento histórico del patriarcado, la mujer representa la máxima útitlidad por ser la autentica dueña de los hijos, Es la capacidad reproductiva la que se desea someter y sojuzgar en una época en que el número de hijos era la diferencia entre la riqueza y la pobreza.
@mujero: ¿De qué época está hablando? ¿El número de hijos era la diferencia entre pobreza y riqueza en tiempo de los neandertales? ¿Qué utilidad podría tener para un varón neandertal someter a la mujer? ¿Someten los osos a las osas, acaso? ¿Qué interés puede tener un macho más allá del momento de la fecundación, cosa que puede repetir inmediatamente con otra hembra, y con otra, y con otra?
Me parece alucinante que no se haya mencionado la teoría más obvia. Lo que ha permitido la "liberalización" de la mujer ha sido la tecnología y avances científicos. Para la supervivencia de la especie era fundamental la descendencia. La fertilidad de la mujer y la supervivencia de la prole era algo de primera prioridad. Por eso se sobre-protegía a las mujeres, encerrándolas en un ámbito doméstico donde tuviesen menos riesgos. Aun hoy en día, en la edad adulta y de forma prematura mueren el doble de hombres que mujeres. En cambio, lo que se valoraba en el hombre era su capacidad de sacrificio por el grupo. Ya sea como guerrero que defiende la tribu, explorador que conquista nuevos territorios, inventor que mejora la tecnología etc. Si entendemos esto será obvio el porqué las mujeres han podido conseguir más igualdad en los roles sociales a partir de la revolución industrial. ¡ES LA TECNOLOGÍA, ESTÚPIDO! Por cierto que lo que ciega al feminismo es su construcción social a partir de la cual crean conceptos como "patriarcado", "machismo", "desigualdad de la mujer", "discriminación"... Eso de que las mujeres estuviesen en peor situación que los hombres es muy discutible. Como he mencionado antes, el hombre tenía un papel de "carne de cañón", mientras que a las mujeres se les protegía. El hombre tenía que demostrar una gran valía (asumir un gran riesgo) para conseguir pareja y descendencia. La mujer lo único que tenía que hacer es respirar (y ser fértil), puesto que el poder de la pulsión sexual era irresistible para el hombre.
Qué ganas de bronca tienen algunas y algunos. El machismo es un invento del ser humano. Hace sufrir a las mujeres y a los hombres que no se ajustan o adaptan al patrón, y esas personas son depredadas por mujeres y hombres que sí se adaptan y detentan el poder social, y abusan de él. El discurso mujer = víctima y hombre = victimario sólo es un reflejo más de la injusticia, parcialidad interesada y maldad humanas. Sólo hay que convivir en sociedades que denominaríamos profundamente machistas para ver que es férreamente defendido por el sector femenino, que en ese sistema impone una serie de leyes y obtiene una serie de privilegios sobre el hombre y sobre el resto de mujeres, en función de la observación minuciosa de dichas leyes. Por ejemplo, id a ved el poder de la mujer en el seno de la sociedad árabe, que vais a flipar de quién manda allí, quién impone el velo a las hijas, la mujer al hijo o quién practica las ablaciones en las culturas en que se practica: mujeres. El ser humano es responsable de su miserias. No un género. Eso es sexismo puro.
Lo primero es agradecer este tipo de artículo. Yo también encuentro difícil señalar a la genética como parte responsable del machismo o de la violencia. Y es también cierto que no se ha hablado en el artículo acerca de los sistemas religiosos que facilitan la supervivencia del machismo como también expuso Hoorhay. Dentro de nuestros factores sociales es muy importante. La capacidad de gestación de la mujer puede explicar muchos aspectos. Pero no debemos olvidar que hoy día la mujer no solo es madre, más aún en algunas sociedades puede elegir serlo o no, más sin embargo el machismo persiste.
Añadamos un elemento más: El coste para cada sexo de pasar sus genes a la generación siguiente. Para el hombre, el coste es pequeño. Con poco esfuerzo, puede fecundar decenas de hembras y, por alta que sea la mortalidad infantil siempre tendrá una alta probabilidad de pasar sus genes a la siguiente generación. No así la mujer. Su esfuerzo para tener un solo hijo que lleve sus genes es enorme en comparación al macho. Por eso la hembra tiene el instinto natural de mantenerse cerca de la cría y de asegurar en todo lo posible que pueda salir adelante. Su interés, por tanto, es mantenerse cerca de su cría todo lo posible, lo que le impide o le desaconseja llevar a cabo toda tarea que le aleje de su cría o que le obligue a dejarla en manos de quien no sea ella.
Hipatia2, partes de un axioma totalmente falso y muy habitual entre las feministas, y es pensar (o querer pensar) que TODAS las mujeres están en contra del patriarcado, de hecho aún actualmente y por muy diversos motivos, la mayoría de las mujeres asumen, aceptan y están a favor del patriarcado. Y yo estoy en contra, que quede claro, pero no trato de engañarme.
Recomendaría completar los diferentes enfoques con la neurociencia. Sus descubrimientos sobre las diferentes respuestas cerebrales son muy interesantes. Hay que recordar que la capa más profunda de nuestro cerebro es reptiliana y es la que primero procesa la información. Es una respuesta que nos condiciona de manera inconsciente, aunque no podamos siquiera reconocerlo.
Me parece maravillosa esta teoría, pero si le preguntaran a alguien del Partido Podrido español, le diría, que la culpa es de.......Zapatero y la herencia recibida.
Machismo.Según las descripciones de los pueblos, recogidas por los científicos, se da una mayoría de sociedades patriarcales sobre las matriarcales. Como de igual modo la poligamia es 100 veces más común que la poliandria. La supremacía masculina tiene su explicación en la guerra y esta a su vez en el control de los recursos disponibles y de la natalidad. Por el control efectivo de la natalidad los pueblos han ejercido una gran presión sobre sus hembras, a la postre la llave de la natalidad. Una natalidad desenfrenada y una procreación desmedida llevará problemas asociados a la limitación de los recursos, de las proteínas disponibles y en consecuencia de la hambruna. También los factores externos ecológicos fomentan el control de la natalidad que en pueblos antiguos se ejercía con el infanticidio femenino. Por otro lado, según Freud los varones compiten con su padre por la misma mujer y esto sería la causa primera de la guerra. Pero según otros autores (Marvin Harris), es justamente al contrario, sería el complejo de Edipo causado por la guerra y esta a su vez consecuencia de la presión ecológica y reproductora.Lo correcto, desde un punto de vista científico, es decir supremacía masculina. Machismo añade elementos críticos reprobatorios y morales de los comportamientos humanos. A pesar de la poca aceptación de la guerra o del ejercicio de la violencia sobre las mujeres, estos comportamiento humanos se siguen produciendo. Los fenómenos culturales y las civilizaciones han intentado limitar estos comportamientos que social y juridcialmente son condenados, no obstante el ejercicio de la violencia sigue siendo un elemento fundamental e inherente de nuestra sociedad precisamente porque las presiones que los provocan no han desaparecido, sino que se han multiplicado. El desarrollo humano ha conseguido una explotación de los recursos hasta la fecha desconocida, poniendo a disposición de los humanos una gran cantidad de recursos, que han provocado un aumento de la natalidad mundial continuado. Todas las teorías económicas tienen un lenguaje articulado entorno al crecimiento y progreso, en un espacio finito. Esta perspectiva es lo que mantiene inalterable los elementos de presión ancestrales que a pesar de todo no parecen contener los diques reproductores humanos, que hacen hoy día recordar a Maltus. El éxito de la raza humana puede ser a la vez la causa de su ocaso.
Yo veo el patriarcado como una respuesta lógica a lo que es un problema de supervivencia de la especie. El ejemplo ya se ha citado aquí varias veces: una mujer embarazada con otro de la mano que apenas anda (no digamos si ampliamos el cuadro a 4 o 5 niños) tiene muy pocas posibilites de sobrevivir sola. No digo en el Neolítico sino en la Edad Media o hasta mediados del siglo pasado.Como dice Davidlasmatas echo de menos las aportaciones de la neurociencia. Yo lo más interesante que he leído en ese terreno son las explicaciones (me temo que neuroendocrino) acerca de respuestas innatas. Muchos de los comportamientos que se creían culturales, parece ser que están mucho más cerca de la fisiología, de disparos hormonales automáticos en nuestra especie. La última programación de nuestra especie data del neolítico.el inconsciente colectivo debe ir todavía por el XX. Es posible que vayamos hacia un mundo más igualitario al menos política y económicamente, pero la igualdad entre los sexos está mal planteada. La especie humana se compone de dos sexos; ambos sorprendentemente complementarios. Y yo ya lo del patriarcado..... Determinados comportamientos machistas me parecen derivas de los excesos del patriarcado. Por supuesto que hay mujeres partidarias del patriarcado. Es que el patriarcado tiene sentido si piensas de determinada manera. Hay muchas mujeres que no tienen interés en trabajar o estudiar y les parece fenomenal que un señor las mantenga y hay señores encantados de que su mujer dependa en todo de ellos. Les he visto felices. Hay libertad para apuntarse a modelos del pasado o cambiar las cosas.
Me parece increíble. La especie no es machista es inteligente y optimiza al máximo sus recursos y posibilidades. En función de ello distribuye trabajos y tareas entre los miembros de una comunidad en función de los más aptos para las mismas. En la prehistoria no había biberones. Las partidas de caza duraban días. Es inteligente que una mujer se traslade con su bebé en brazos para cazar? que este llore y espante la caza? tiene la misma fortaleza física un hombre y una mujer? Nuestra especie, como tantas, tiene diferencias anatómicas según los sexos. Es increíble que se pretenda establecer parámetros actuales a épocas y periodos que nada tienen que ver. No era machismo, era inteligencia. Gracias a eso la especie sobrevivió.
Sobre lo del final, yo diría que es por que la mujer ha ganado en inteligencia y entonces pasa a dominar en ocasiones, porque se ha equiparado por la libertad que el hombre le ha ido concediendo
Pienso que la división entre cultura/genética es siempre forzada. En el hombre, cultura y herencia son términos casi equivalentes, al contrario que en cualquier otra especie. Diferenciar lo cultural y lo genético es una tarea que nunca ha dado un resultado claro. Somos seres pensantes, hablantes, culturales,... Estoy de acuerdo con quienes ni ven claro la comparacion entre humana y cualquier otra especie. T también con quienes ponen el acento más en la reflexión sobre lo correcto y justo en vistas a la transformación de la sociedad, que en el origen y la causa. Me ha gustado mucho este trabajo ricardo.
A veces las cosas simplemente son, no hay que buscarles un por qué, segun Ockham la explicación más sencilla es probablemente la correcta, lo cual no siempre es cierto, pero la mayoría de las veces sí. A veces se nos culpa a los hombres de ser lo que realmente somos, animales, no somos así porque queramos, sino que ha habido una evolución que ha dado como resultado lo que hay. La evolución es un fenómeno que ocurre, y a veces ocurre porque sí, los dinosaurios eran los mejores preparados de su época y sin embargo sucumbieron, lo que pensamos que puede pasar a veces no pasa y viceversa. Un dimorfismo sexual tan marcado como en la especie humana no es casualidad, y normalmente ocurre porque desempeñan tareas distintas y cada sexo está adaptado a cumplir roles determinados. Al menos como animales que somos es así, luego en términos culturales la cosa cambia, el problema es que tenemos un cuerpo muy similar al de nuestros antepasados y unos conocimientos y tradiciones culturales completamente diferentes. Ocurre que aceptamos que la mujer tiene menos rendimiento físico que un hombre, por ejemplo a nivel deportivo y en pruebas físicas, pero no aceptamos que el hombre sea más agresivo, que lo es. Los hombres y las mujeres no somos iguales. Todo está en los genes y en cómo evolucionaron nuestros antepasados.
Hombres y mujeres vivian una "vida gozoza" en el neolitico. Una harmonia: mujeres plantavan; hombres cazavan. Mujeres eran consideradas diosas, porque por un millagro ellas geravan y parian nuevas criaturas. No habia un conceito estrecho de fidelidad, habia un familia con un padre que no necesariamente era padre genetico de los hijos de su mujer, todos tenian sexo inocente con todas. Hasta hoy, hay tribos en el interior de Brasil que és así. Todo cambió cuando el hombre constató que era su semen que hacia las criaturas. Ha nacido "el amo", "el señor", que con su fuerza sometia las mujeres. Y despues han nacido las religiones monoteistas en las cuales el unico y correcto Dios és Moisés, Jesus o Alá. Y en nombre del ellos se hará guerra.Cuando hombres y mujeres seran iguales? Cuando han evolucionado espiritualmente para compreender el absurdo de una religion predicar que és dueña de la verdad, cuando compreender que fuerza fisica no és lo todo, que cuidar de nuevas criaturas és un dever de toda la sociedad.
A preguntas tontas respuestas… Recurrir al término machismo para hablar de división de tareas representa la mejor confirmación de que el pensamiento mágico no tiene porque ser exclusivo de los creyentes. El papa Francisco dice que: “El Big Bang no contradice a Dios, lo exige” y Ricardo Querol hace otro tanto con la diferencia de que su prejuicio no es religioso sino ideológico y crea una nueva terminología según la cual ya no es división de tareas sino machismo. Ningún hallazgo científico podrá desmentir al papa Francisco porque Dios es previo a todo. Nada podrá desmentir a Querol porque el machismo es el presupuesto de partida. Cuando Dios decidió crear el mundo el machismo ya estaba allí. Lo que caracteriza al universo es su diversidad: donde la hay aparece lo nuevo, lo distinto, lo que enriquece. También la evolución humana está jalonada de una división cada vez mayor de tareas y no solo entre los sexos. Lo que nos gusta de la humanidad es su diversidad y todos nos consideramos únicos y de hecho lo somos, incluido Ricardo Querol.Tiene razón cuando identifica como ideológico el concepto de igualdad de género, aunque pretenda emparentarlo con otros más consolidados en las ciencias sociales.
Si como dice Querol la división de tareas hace a las sociedades machistas, para cuándo la igualdad de género en las profesiones de esfuerzo y riesgo, para cuándo igual número de mujeres en la construcción o las minas, para cuándo iguales permisos paterno y materno, para cuándo igual número de maestros y enfermeros que maestras y enfermeras, para cuando igual trato ante los tribunales. ¿Por qué estas preguntas jamás son contestadas por quienes sitúan como ideal la igualdad de género?
Pese a la lucidez de la mayoría de los comentaristas continúan apareciendo dos errores de los que el hembrismo institucionalizado y las doctrinas de jenaro se obcecan en cometer:1º. Continúa habiendo toreros de salón que se empeñan en que la realidad no es real y que lo único que vale son sus consignas ideológicas. La farfolla jenaro está muy bien para grupos de autoayuda, cazadores de subvenciones y, en general, habitantes del Primer Mundo que pueden beneficiarse de los avances sociales y tecnológicos de los últimos siglos: que el resto del mundo apenas ha notado. Pero su carácter científico es nulo: los más listos lo saben y el resto lo intuye.2º. Tenemos sobrevalorado al hombre como ser racional frente al resto de los animales. Pero, además, tenemos sobrevalorado nuestro Primer Mundo de principios del siglo XXI, olvidando que no es más que una incidencia en lo que a la Historia se refiere. La mayor parte de la historia de la Humanidad está siendo dejada de lado por quienes desprecian con alegre ignorancia todo lo que nos enseña para centrarse en una época que, realmente, es cronológicamente insignificante.Resumen para tontos: el hembrismo se centra en una época insignificante a efectos de la evolución de las especies, confiriéndole una importancia exageradísima: y, además, toma como modelo una parte de la humanidad muy minoritaria. Puede permitirse decir lo que dice porque no sólo carece de toda visión científica -es pura ideología- sino que, para compensar, carece de toda amplitud de miras.
No deja de ser significativo que tres días más tarde no tengan respuesta las preguntas que formulé en el antepenúltimo comentario. Y a los efectos da igual que se trate de que teniéndola no se quiera hacer pública, o que realmente no se tenga, porque en ambos casos quedaría claro el trágala que se nos propone.
(1) he expresado mi opinión como doctor en Antropología Social, la cual es una ciencia, pero social, no biológica ni genética; es por ello que rogaría que no se cayese en el insulto ni en el menosprecio. Mi opinión es un punto de vista relativo, como todos (también lo son los puntos de vista biológicos, químicos, genéticos...); (2) en ningún momento he querido dejar entrever que 'todo es cultural'. Los antropólogos consideramos que son los aspectos sociales los que constriñen a los de tipo meramente biológico o genético. Y nos basamos en centenares de ejemplos etnográficos, ya que la ciencia antropológica se basa en la comparación intercultural y en la etnología. Ya sé que el neogenetismo y la neurociencia tienen una amplia aceptación mediática y se han convertido en una verdadera 'communis doctorum opinio' prácticamente irrefutable y dogmática, por lo que se considera mucho más 'normal' y 'lógico' explicar una conducta por la química, las neuronas o el adn, que por motivos sociales. Al contrario que los grandes gurús del pensamiento genetista y biologicista, los antropólogos creemos que son las condiciones sociales (contextos y situaciones concretas) y las inercias digamos que 'culturales' las que, en última instancia, explican la vida del ser humano en sociedad. Saludos.
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Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).