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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Que no ocurra con la hepatitis C lo que ocurrió con el ébola

Gonzalo Fanjul

Esta entrada se publica de forma simultánea en el espacio Health is Global del Instituto de Salud Global de Barcelona.

Una protesta de la plataforma de los afectados por hepatitis C ante el Ministerio de Sanidad. Foto: El País/KIKE PARA.

Las apreturas electorales parecen haber hecho su mágico efecto y el Gobierno anunció durante el debate sobre el estado de la nación que todos los enfermos de hepatitis C (HCV) en nuestro país recibirán el nuevo tratamiento en las próximas semanas. El compromiso se ha traducido en un crédito blando a las comunidades autónomas (la estrategia del “yo invito, tú pagas”, como expresó el lacónico consejero asturiano de sanidad), las estimaciones de afectados parecen estar muy por debajo de la realidad y nadie llega a explicar con certeza de dónde saldrán los recursos para tratar a los pacientes no contados, pero la patada hacia delante pondrá sordina al asunto durante algún tiempo.

La pregunta ahora es si la sociedad española hará con el HCV lo que hizo con el ébola hace pocos meses: resueltos mis problemas, el resto que arree.

Porque el caso de España es solo un microcosmos de un problema global en el que el elevado precio de los tratamientos impide el acceso de cientos de millones de pacientes de HCV a los medicamentos que les salvarían la vida. De acuerdo con la OMS, la prevalencia global del HCV es de entre 130 y 150 millones de personas, de los que entre 4 y 5 sufren una co-infección con el virus del SIDA. Siete de cada diez se encuentran en países en desarrollo (China, en primer lugar, con casi 30 millones, seguida de India y Egipto con 18 y 12, respectivamente).

Se estima que la mortalidad derivada de la HCV está por encima de las 350.000 personas al año, la mayor parte de las cuáles mueren sin haber recibido ningún tipo de tratamiento eficaz. ¿Por qué? Aunque el diagnóstico de la enfermedad, el coste de la infraestructura de tratamiento y la falta de profesionales capacitados constituyen un problema en muchos países, la barrera principal está en el elevado coste de los medicamentos, cuyos precios se aplican de forma diferenciada de acuerdo a las negociaciones que cada gobierno realiza con la compañía. Y los países ricos están pagando cara la factura de la última generación de medicamentos: Sofosbuvir (Sovaldi) recibió la aprobación de la FDA estadounidense el 5 de diciembre de 2013, y su precio en este mercado llega a $84.000 por tratamiento (unos 1.000 dólares por píldora). Un representante del principal gestor de medicamentos de EEUU declaró que el coste de cubrir a esos precios a los beneficiarios de Medicaid y a los internos de prisiones alcanzaría los 55.000 millones de dólares, “un impuesto sobre el conjunto de los americanos”.

Me pregunto cuánto tardaremos en plantearnos esta misma cuestión en nuestro país. Al fin y al cabo, la generosidad del Gobierno no corre a cargo de las comunidades autónomas, sino de los contribuyentes que van a pagar las decenas de miles de euros (el precio negociado sigue siendo un misterio) que cuesta cada tratamiento.

Para la inmensa mayoría de los pacientes, la diferenciación de precios no ha conseguido eliminar las barreras al acceso. En los países en desarrollo Gilead ha establecido un precio de $2.000 por tratamiento (42 veces más bajo que en EEUU), llegando a un acuerdo de ‘licencia voluntaria’ con compañías indias de genéricos para su producción y distribución en al menos 60 países en desarrollo, pero este grupo excluye a la buena parte de los de renta media en los que se concentran la mayoría de los enfermos. En Egipto, donde casi 12 millones de personas están infectadas con HVC (el14% de la población), el coste de Sofosbuvir para el 100% de los enfermos representaría cinco veces el presupuesto nacional de salud pública en 2011.

Las dificultades de los pacientes y los sistemas sanitarios para sufragar el coste del medicamento contrastan con los beneficios sin precedentes de la compañía Gilead, que además compró la molécula a otra compañía que la había desarrollado. Mientras las ventas globales de Sofosbuvir podrían haber superado los 10.000 millones de dólares solo en 2014 (2.000 más de lo que pagó originalmente por él), un estudio de la Universidad de Liverpool demostró que el medicamento podría ser producido por tan solo 101 dólares para un curso de tratamiento de tres meses. El rango estimado de coste de producción está entre 68 y 136 dólares por cada tratamiento de 12 semanas.

Hay algo profundamente erróneo en un sistema de innovación y acceso a medicamentos que permite morir a millones de personas cuando el tratamiento que les salvaría la vida puede ser producido a un coste tan razonable.

¿Cómo podemos resolver esta contradicción? Tenemos la opción de seguir bailando al son que marcan las compañías farmacéuticas, pero viendo los resultados no parece la mejor idea. Las alternativas inmediatas pasan por cuestionar el verdadero carácter innovador de esta patente (como hizo India hace pocas semanas para empezar a producir genéricos) o en reconocerla pero saltársela aduciendo razones de emergencia pública (algo que está contemplado en los acuerdo de la OMC y que varios eurodiputados europeos han pedido por primera vez para la UE).

Pero será difícil continuar a golpe de excepciones cuando casos como el de la HCV se conviertan en habituales. En el medio plazo no tenemos más alternativa que reformar el modelo para establecer incentivos a la innovación que no sean incompatibles con el derecho fundamental a la salud. Solo hay que esperar que la polémica creada en España y en otros países haya contribuido a empujar el debate en esta dirección y que la protesta organizada se extienda ahora a los pacientes pobres del resto del planeta.

Comentarios

Coincido totalmente con la crítica del modelo farmacéutico actual orientado a los mercados más lucrativos y no a las necesidades de salud de la gran mayoría. Sobre la propuesta del Gobierno Español: http://www.davidhammerstein.com/2015/03/hepatitis-c-una-enganosa-victoria-parcial-que-no-es-ninguna-ganga.html
Coincido totalmente con la crítica del modelo farmacéutico actual orientado a los mercados más lucrativos y no a las necesidades de salud de la gran mayoría. Sobre la propuesta del Gobierno Español: http://www.davidhammerstein.com/2015/03/hepatitis-c-una-enganosa-victoria-parcial-que-no-es-ninguna-ganga.html
Coincido totalmente con la crítica del modelo farmacéutico actual orientado a los mercados más lucrativos y no a las necesidades de salud de la gran mayoría. Sobre la propuesta del Gobierno Español: http://www.davidhammerstein.com/2015/03/hepatitis-c-una-enganosa-victoria-parcial-que-no-es-ninguna-ganga.html

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