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Condenada la exjefa de Korean Air que discutió por unas nueces

La hija del presidente de la aerolínea retrasó un vuelo para echar a un sobrecargo

La exvicepresidenta de Korean Air, Cho Hyun-ah, en Seúl
La exvicepresidenta de Korean Air, Cho Hyun-ah, en SeúlKIM CHUL-SOO (EFE)

La rabieta de la entonces vicepresidenta de Korean Air, Cho Hyuan-ah, que entró en cólera justo antes del despegue de un vuelo entre Nueva York y Seúl por unas nueces mal servidas, le va a costar un año entre rejas. Un tribunal surcoreano la ha declarado este jueves culpable de violar las normas de seguridad aérea después de que el pasado 5 de diciembre obligara a la tripulación del avión en el que viajaba, ya en pista y a punto de despegar, a regresar a la puerta de embarque para echar al auxiliar de vuelo.

Cho, de 40 años, es la hija del presidente de la aerolínea. Se enfadó porque la azafata no le preguntó si quería o no el tentempié en cuestión y se lo sirvió en una bolsa de plástico cerrada y no en un plato. Tampoco quedó convencida cuando pidió explicaciones al jefe de la tripulación, por lo que exigió que este se bajara del aparato tras insultarle y hasta ordenar que se arrodillara ante ella, según explicaron varios testigos. La discusión y posterior maniobra provocó que el aparato, con 250 pasajeros a bordo, despegara con 11 minutos de retraso.

Cho Hyun-ah, la hija mayor del presidente de Korean Air Cho Yang-ho y exvicepresidente de la aerolínea.
Cho Hyun-ah, la hija mayor del presidente de Korean Air Cho Yang-ho y exvicepresidente de la aerolínea.EFE

El incidente, conocido como "la ira de las nueces", indignó a la opinión pública surcoreana y puso de relieve el abuso de poder que practican algunos de los ejecutivos de los llamados chaebol, los grandes conglomerados empresariales liderados por familias que gozan de mucha influencia en la sociedad surcoreana.

El tribunal consideró a la Cho culpable de haber forzado un cambio de ruta del vuelo, interferir en las funciones del piloto y echar a un tripulante de la aeronave, informa la agencia surcoreana Yonhap. La Fiscalía había pedido tres años de cárcel para la exdirectiva al acusarla también de interferir en la investigación del Ministerio de Transportes surcoreano. De hecho, la acusada estaba bajo custodia policial desde el 30 de diciembre para evitar que obstaculizara las pesquisas. El juez declaró este jueves a Cho inocente de este delito. Sin embargo, otro directivo de la compañía fue condenado a ocho meses de cárcel por haber coaccionado a varios empleados para que eliminaran un informe inicial sobre lo sucedido en el avión.

Los fotógrafos tratando de obtener la imagen de Cho Hyun-ah a la salida del juzgado.
Los fotógrafos tratando de obtener la imagen de Cho Hyun-ah a la salida del juzgado.KIM HONG-JI (REUTERS)

Durante el juicio, la acusada solamente admitió haber agredido a algunos miembros de la tripulación y lo justificó porque, en su opinión, no se estaba tratando a los pasajeros de primera clase como dicta el protocolo de la aerolínea. Su defensa alegó durante el proceso que la mayoría de los cargos presentados o bien no eran ciertos o se habían exagerado. Consideraron, por ejemplo, que el incidente no modificó los planes de vuelo del avión porque el aparato aún estaba en pista.

A pesar de declararse inocente de la mayoría de los cargos, Cho envió hasta seis cartas de arrepentimiento a los jueces para evitar la entrada en la cárcel. Antes del juicio, dimitió de su cargo en la compañía y desde entonces se sucedieron sus apariciones con la cabeza gacha y vestida de negro pidiendo perdón ante los medios de comunicación. Su padre, Cho Yang-ho, también se disculpó públicamente y dijo sentirse "avergonzado" por el comportamiento de su primogénita. Este jueves, sin embargo, el juez aseguró al dictar sentencia que "es cuestionable que Cho se sienta verdaderamente arrepentida" y que el caso "pisoteó la integridad de la humanidad".

La sentencia y el inmediato ingreso a prisión de Cho es inédito en Corea del Sur, donde otros procesos judiciales que envuelven a miembros de estas poderosas familias se han saldado con la libertad condicional o con el indulto. En un editorial reciente, el periódico local Chosun Ilbo señaló que el caso es "una oportunidad para demostrar a la sociedad que estas personas, a menudo mimadas y groseras, no están por encima de la ley".

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