La 'casta' alternativa
La doble moral de la dirección de Podemos queda en evidencia con el ‘caso Monedero’
Contra lo que pretenden Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos, no es ninguna anécdota que el profesor Juan Carlos Monedero se haya embolsado 425.000 euros a través de una empresa interpuesta, con la que eludió la gestión y el cobro en su universidad de un trabajo para los Gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua —como es el procedimiento habitual utilizado por sus colegas para llevar a cabo otros trabajos y proyectos de investigación—. Los dirigentes de un partido que tildan de corruptos a los demás han de ser escrupulosos con el manejo del dinero y el respeto a las normas, lo mismo —por cierto— que con el modo de presentar el currículo académico: dos centros académicos de Alemania y México negaron ayer tener constancia de la vinculación reclamada por el profesor español.
Editoriales anteriores
No se pagan 425.000 euros a cualquiera por un proyecto de investigación en la universidad. Y es un abuso intolerable presentar como un gesto patriótico que Monedero pague impuestos en España, lo mismo que hacen habitualmente millones de ciudadanos. (Claro, peor habría sido la rufianada de llevárselo a un paraíso fiscal). A medias entre enternecedor y falaz queda el argumento de que Monedero emplea el dinero para construir “una sociedad más libre”, cuando parece que financia el programa televisivo La Tuerka. Y aunque tienen todo el derecho a apoyar a los medios de comunicación que les convengan, equiparar la construcción de un partido a la causa de la libertad recuerda el estilo de Jordi Pujol, que en algunos momentos ha pretendido justificar importantes irregularidades, o se ha declarado víctima de persecuciones sin cuento, alegando la causa de la libertad de Cataluña. Envolverse en estas nobles banderas para justificar trapisondas, corruptelas y corrupciones es propio de gente rancia y atrasada, no de los demócratas europeos en pleno siglo XXI.
No es fácil predecir un resultado electoral brillante a quienes reproducen algunos de los rasgos más característicos de esas minorías que escapan a las normas por cualquier intersticio o truco legal. Y que dan explicaciones confusas cuando se sienten pillados o las aplazan todo lo posible. Tampoco basta con esperar a que la Universidad Complutense complete su “información reservada” sobre Monedero: es él quien tiene que explicarse.
La regeneración de la democracia no consiste en quitar a partidos que han albergado a grandes corruptos para sustituirlos por otros de fachada resplandeciente y oscura trastienda. Así no se genera confianza en la honorabilidad de los administradores del dinero público, al contrario, se perpetúa la doble moral. Empieza a ser irritante que pidan a la ciudadanía que les lleve en volandas al Gobierno del Estado, presentándose como campeones de una España limpia, y tapar así todas las explicaciones pendientes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.