Jared Leto se instala en una exbase militar

Solo Jared Leto sería capaz de comprarse una base militar por casa. Es el tipo de compra que uno puede esperar de este actor y cantante, fotógrafo y documentalista, activista social y vegetariano, además de rey de las redes sociales y excéntrico. Un hogar en el corazón de Hollywood pero a la vez nada hollywoodiense. La base es uno de los secretos mejor guardados de estas colinas, un lugar también conocido como el Laboratorio Lookout Mountain, en referencia a la calle en la que se encuentra su entrada, un lugar con vistas escondido en estas montañas y con acceso desde Laurel Canyon, una de las arterias más bohemias y transitadas de Hollywood. El lugar, construido en la década de los cuarenta, se utilizó durante dos décadas como un estudio de cine para proyectos militares. A él tuvieron acceso un pequeño grupo de cineastas y fotógrafos aprobados para documentar pruebas nucleares.

Desde entonces, el lugar ha cambiado varias veces de manos hasta llegar a su actual venta por cinco millones de dólares (4,25 millones de euros) a Leto. El último ganador del Oscar como mejor actor de reparto por Dallas Buyers Club no ha decidido qué uso le dará a su nueva propiedad, para la que hubo planes de crear un exclusivo centro de rehabilitación para adictos que alojaría hasta 18 personas con problemas dispuestas a pagar 42.500 euros al mes por su tratamiento. De hecho, el actor y músico mantendrá su casa en las colinas de Hollywood, no muy lejos de allí, que compró, en 2006, por 1,4 millones de euros.

Apartado de la vista de todos, este complejo, de aspecto industrial, se esconde tras unas grandes verjas que lo apartan del resto de sus vecinos. Allí, se extiende más de media hectárea de terreno con más de 4.500 metros cuadrados de espacio habitable. Según la información de la agencia inmobiliaria, en total son ocho dormitorios con 12 peculiares cuartos de baño de todos los estilos y hasta siete cocinas.

El espacio lo completan una media docena de áreas de descanso, ya sean comedores o salas de lectura tanto íntimas como gigantescas. Todo ello, unido por una escalera monumental de caracol y con amplias galerías que podrá utilizar para colgar su obra pictórica y fotográfica así como un cine en el que proyectar sus películas y un estudio de grabación fácilmente convertible en espacio de trabajo para este artista multidisciplinar. Eso dentro, porque fuera de la casa el excomplejo militar también cuenta con varios patios alicatados convertidos en estudios de pintura y de sonido. Y, dado que esto es California, no podía faltar la piscina estilo lago natural y diferentes terrazas. Un lugar perfecto para que este bohemio y contracultural artista pueda desaparecer del Hollywood en el que trabaja pero del que no participa. De hecho, y a diferencia de todos sus compañeros de promoción, un año más tarde de ganar la preciada estatuilla Leto todavía no ha escogido un nuevo proyecto cinematográfico.