Preparados, listos, ¡ya!

Una vez más, poco a poco nos adentramos en el año de las mentiras, de las falsas promesas y de las sonrisas hipócritas. Doce meses donde las cámaras fotográficas buscarán perfectas instantáneas que recuerden todas las “maravillosas” acciones que realizan esos candidatos electorales.

La carrera se iniciará pronto. Y los boxes que ayudarán a nuestros políticos comienzan a vislumbrarse: que si la derogación de la pretendida por los populares ley del aborto, que si el país está ya viendo brotes verdes y el paro ha bajado considerablemente, que si van a dar incentivos a familias numerosas…

Pensemos que tan sólo estamos empezando. Que el año tiene 365 días. Que las municipales son en mayo. Y las nacionales, en noviembre o diciembre. ¿Qué infierno nos espera atravesar? ¿Cuántas falsas esperanzas nos quedan por oír?

Lo más curioso de todo es que la corrupción parece formar parte de su campaña electoral. Por primera vez en la historia, la letra pequeña se va descubriendo sin necesidad de usar gafas. Lo extraño es que haya gente que necesite usar un telescopio, que siga ciega y se crea esas falacias. Pobres de ellos. Pobres de nosotros.— Paloma Gandía Vicedo.