Visita París guiado por un... "homeless"

Utilizar el turismo como vía de reinserción social. ¿Y qué mejor escenario para hacerlo que París ? Realmente la idea es magnífica. Y la pregunta que me surge es : ¿cómo no se le había ocurrido antes a alguien? Quizá por aquello de que las organizaciones caritativas tradicionalmente no se topan por el camino con las start-ups de jóvenes sobradamente motivados. Pero algo está cambiando... y al menos por una vez para bien.

Alternative Urbaine (Alternativa Urbana) es una empresa social creada en julio de 2013 por una joven parisina, Selma Sardouk, quien hizo un master sobre « turismo solidario y alternativo » en la Universidad de Barcelona. De vuelta a casa se dio cuenta de que no existía el concepto en Francia así que decidió importarlo. El servicio que ofrece : mostrar París a sus habitantes y a sus turistas a través de la mirada de los que viven en sus calles, de los « homeless ». El objetivo de largo recorrido : utilizar el sector del turismo y la cultura como una manera de reinsertar a personas en situación de precariedad. La iniciativa parisina de turismo responsable y solidario no es única en su género sino que tiene algún antecedente en Europa. Desde hace años ya existe la posibilidad de visitar de la mano de personas « homeless » ciudades como Londres, Praga o Berlín.

Él solo conduce a los turistas y solo él es felicitado por su trabajo al finalizar el recorrido de 2 horas, que transcurre lejos de la torre Eiffel y de Notre Dame, y que está plagado en cambio de pequeños jardines recoletos, de graffitis de autores con nombre y apellido, y de exposiciones nada formales de « arte urbano ». Según Sardouk, el reconocimiento y el agradecimiento por parte de los turistas es fundamental para que Vincent vaya recuperando la confianza en sí mismo después de 4 años inactivo y de 1 año y medio en la calle.

Los clientes, sean parisinos o foráneos, acuden a las « balades urbaines » (paseos urbanos) atraídos por la promesa de descubrir una nueva mirada sobre la ciudad mil veces pateada y también por el deseo de colaborar en el proyecto de reinserción social. Reservar una plaza cuesta 2 € y, una vez acabado el paseo, cada cual es libre de premiar al guía con la cantidad que estime conveniente y justa. La propina se suma al sueldo: los guías cobran 10 euros brutos por hora y firman un contrato de trabajo de 10 horas semanales.

Se quedan en la empresa como máximo un año porque no se trata de convertirlos en profesionales del turismo sino de utilizar esta actividad como trampolín para volver a la vida laboral. De hecho Vincent estudió Historia en la universidad, trabajó en un fast-food, luego de contable y ahora aspira, después de su experiencia puntual como guía turístico, a reconvertirse en monitor-educador para personas en situación de precariedad. Pero sobre todo aspira a seguir la estela de los 2 guías que le precedieron en el puesto : ambos encontraron un trabajo estable.

Más información sobre Alternative urbaine en su perfil de Twitter, en su canal de Youtube, en Instagram y en su página Facebook.

Fotografías : 1 y 3 © Cécile Dezy, 2 © Thomas Guillemette