El poder en Podemos

La aparición de Podemos ha conseguido aglutinar el malestar, la rabia y el descontento de tanta gente que se ha sentido desengañada por sus dirigentes durante la actual crisis. Asimismo, está sirviendo para que el resto de partidos políticos asuman propuestas de mayor transparencia y de lucha contra la corrupción. Pero a su vez, hay signos contradictorios entre su carácter asambleario y una figura carismática y de gran liderazgo como es la de su líder. A pesar del carácter de abajo-arriba que quieren difundir, parece que es un movimiento que depende mucho de un líder, sin duda con gran capacidad comunicativa; recuerda al Felipe González de sus inicios. En la asamblea del fin de semana dejó dos frases preocupantes: “Asaltar los cielos” no parece ni democrático ni muy centralista, si es este el espacio que pretende ocupar. También pronunció una frase muy retórica y manida: “Estar dispuesto a asumir la responsabilidad que se le otorgue”. En fin, parece un movimiento con un líder que con gran inteligencia está siendo capaz de unir a todos los movimientos surgidos en contra de la clase política actual y que, por tanto, depende mucho de él. Algo que no hace mucho pasó con los verdes alemanes y su líder, Joschka Fischer.— Joaquín Gismero Bris.