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"No podíamos imponerle reglas a Messenger así que inventamos esto"

Tres puntos. Una burbuja. Símbolo universal de que alguien teclea en un chat. Su creador habla hoy sobre cómo marcó el idioma digital

Se habla mucho del doble check de WhatsApp, ese eje del mal de dos tics que aparecen junto a cada frase y que, según el sistema operativo de cada uno, pueden significar que un mensaje ha sido recibido o leído, para ansiedad de los inseguros. Pero igualmente importante es otro elemento mucho menos comentado: esas burbujitas que se ven cuando tu interlocutor está escribiendo en su turno de la conversación. En realidad, la cosa se llama Typing Indicator en todos los sistemas y plataformas –en el Messenger de Facebook, iMessage...– y nadie puede escapar de ellas. Son de naturaleza simpática –las acabamos de llamar burbujitas– se mueven y tienen algo cómico. Pero también traen complicaciones. Muchas. Estas son las situaciones que pueden provocar:

1) Tú has escrito un mensaje y las burbujas del indicador te avisan de que la otra persona está escribiendo. Pasan unos segundos, y ¡chas! Llega la respuesta.

√ Todo está bien (o, por lo menos, la otra persona ha respondido aunque no te gusta lo que ha dicho. Eso ya, es otra historia, amigo).

2) Tú has escrito un mensaje y las burbujas del indicador te muestran que la otra persona está escribiendo. Y entonces paran. Y vuelve a escribir, y se vuelve a parar, y… Pero, al final, ahí llega la maldita respuesta.

√ Lo que has sentido hasta el momento en que llegó el mensaje se puede definir como "preocupación". Sí, es posible que hayas rozado algunos picos de ansiedad, pero eso ya va con el carácter.

3) Tú has escrito un mensaje y las burbujas del indicador dicen que la otra persona está escribiendo. Y escribiendo. Y las burbujas se siguen moviendo. Y nada. No llega respuesta alguna. Bloqueas el móvil. Lo vuelves a desbloquear. Te pasas por Instagram. Refrescas Twitter. Incluso, invocando a esa absurda maniobra universal, reincias la aplicación. Y nada. No ni respuesta ni burbujas.

√ Te juras a ti mismo (puede que hasta en voz alta) que has visto cómo se movían las burbujas. La otra persona estaba escribiendo… ¡Hola, paranoia!

David Auerbach, en una foto personal
David Auerbach, en una foto personal

"Aunque mi caso favorito es cuando el indicador está visible durante mucho tiempo y luego la respuesta es muy, muy corta. Te das cuenta de que la otra persona ha escrito algo larguísimo, luego ha pensado que no quería enviar esa respuesta y la ha borrado. Y nunca sabrás que era", se relame David Auerbach. Tan pragmática frialdad solo puede venir del inventor de las dichosas burbujas. Y es este ingeniero de software y escritor que ha trabajado para empresas como Google o Microsoft. "Si alguna vez te has sentido como en alguna de las situaciones anteriores, yo soy el culpable. Sí, yo fui una de las personas que inventaron la maldita cosa. Pero puedo explicarlo todo".

En Messenger, donde las dos personas pueden estar escribiendo a la vez y no se envían los mensajes hasta que pulsas Enter, había un problema: si tu interlocutor se queda en silencio, puede ser que se haya ido o que esté escribiendo una enorme parrafada. Como no podíamos imponer unas normas, inventamos el indicador

¿Y cómo empezó todo? "Yo estaba trabajando en mi primer proyecto de software, un servicio de mensajería instantánea para Microsoft al que le endilgaron el nombre de MSN Messenger. Durante todo el tiempo que le dedicamos, una pregunta recurrente que planteaba todo el equipo era: '¿No sería bueno saber si la otra persona está respondiendo, o esperando a que tú digas algo?'", explica.

Era 1999, y por aquel entonces el chat en tiempo real era algo novedoso. Como explica el propio Auerbach en su columna en la página web Slate: "A la hora de hablar, es importante saber cuándo es tu turno y cuando no […] En un sistema de comunicación en el que hablan dos personas y solo una puede hablar cada vez, es necesario utilizar un sistema de corto y cambio, como si fuera un walkie-talkie. Pero para un sistema como el chat, en el que las dos personas pueden estar escribiendo a la vez y no se envían los mensajes hasta que pulsas Enter, tiene sus propios problemas: si tu interlocutor se queda en silencio, puede ser que se haya ido o que esté escribiendo una enorme parrafada. Como no podíamos imponer unas reglas y una etiqueta para que los usuarios conversasen, inventamos el indicador”.

Y cuando estaba creando el indicador, ¿nunca pensó en toda la paronia que podría generar? "Para nada. En aquel momento era algo simplemente útil para informarte de si tu colega seguía conectado a Internet. Las pérdidas de conexión eran algo muy frecuente entonces, así que con el indicador sabrías si tu interlocutor estaba online o no. Pensé que era genial", explica Auberbach.

¿Y no ha recibido testimonios reales de usuarios diciéndole lo mal que lo han pasado? "Volví a estar en contacto con uno de los compañeros del equipo con los que trabajé en el primer Messenger", cuenta. "Pero más allá de eso, creo que a la mayoría de los programadores no les perturba para nada porque han ido visto la evolución de programas muy parecidos y son menos conscientes de lo que implica. Yo creo que quienes más lo odian son las personas que escriben muy despacio". Muy probablemente han sido todas estas personas las que han llenado internet de los memes más descacharrantes sobre el poder de las burbujas. ¿Cuál es su favorito? "Me temo que no podría decidirme", dice muy educadamente.

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