Uniendo fuerzas ganamos todos
Desde los 18 años fui votante socialista, y mucho antes, entusiasta simpatizante. Poco a poco mi convicción se fue debilitando, y al llegar Zapatero a la secretaría general del PSOE, se rompió en añicos. Sus postulados, afines tantas veces a los nacionalistas, me alejaron definitivamente del partido y quedé, por así decirlo, como un “huérfano político”. Ningún otro partido me convencía y me quedó clara la necesidad de que hubiera en España un partido de ámbito nacional que pudiera servir de bisagra en caso necesario y que rompiera el chantaje al que los nacionalistas sometían tanto al PSOE como al PP.
Surgió la ilusionante plataforma Ciudadanos por Cataluña, de la que derivó Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía; quedé encantado, gente sensata, muy sensata en Cataluña, y decidí afiliarme para apoyarlos. Así pues, ya no era huérfano. Poco tiempo después, de los resistentes antietarras “Basta Ya” germinó la no menos apasionante Unión, Progreso y Democracia (UPyD), a la que empecé a votar. Por tanto tenía, políticamente, un papá y una mamá, pero no se llevaban bien y decidieron llevar sus caminos en paralelo.
Ahora resulta que hay una quiebra en UPyD porque parte del partido quiere colaborar con Ciudadanos y otra parte, no. Esa desavenencia es algo que España, los españoles, no nos podemos permitir, máxime ante las amenazas tan graves a la unidad de la nación que supone el movimiento soberanista en Cataluña. Como simpatizante, como votante, les pido, les exijo, que se pongan de acuerdo y que ambos partidos cooperen e incluso confluyan en un solo proyecto que haga frente a tanta insensatez que padecemos en nuestros días.— Fernando Ledesma Machado.
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