¿Por qué en Paraguay Cartes no habla de acaparamiento?
Por Carolina Thiede, Oficial de Comunicación de Oxfam en Paraguay
Manifestaciones contra el Gobierno de Horacio Cartes el pasado 15 de agosto en Asunción (Paraguay), cuando se cumplía el primer año de su mandato. © Luis Vera
Curuguaty es el centro de la campaña contra el acaparamiento de tierraque pretende contar al mundo la historia de Paraguay a través de un caso paradigmático de lucha campesina. Una comunidad en el centro de América del Sur, que lleva diez años buscando revertir la desigual distribución de la tierra para cultivar un futuro, resistiendo al avance de los agronegocios que invaden el territorio de la agricultura familiar con cultivos transgénicos de soja y otras variedades de monocultivo mecanizado.
La campaña"Jóvenes sin tierra = tierra sin futuro" lleva más de 30.000 firmas de apoyo al pedido de las familias y jóvenes del campo, que exigen al presidente Horacio Cartes que entregue las tierras públicas de Marinakue, hoy invadidas por la empresa sojera de una poderosa familia vinculada al partido de Gobierno. La solidaridad internacional se multiplica porque la injusticia se reconoce en los ojos de jóvenes como Dolores, Luis, Rodolfo y Ramona, que vivieron el violento desalojo conocido como Masacre de Curuguaty y hoy siguen perseguidos por una cuestionada justicia que no investiga la muerte de campesinos.
El gobierno ha dado tímidas e insuficientes respuestas, habilitando espacios de diálogo con el INDERT, la dependencia gubernamental encargada de implementar la reforma agraria y dar seguimiento a las demandas de tierra para la agricultura a pequeña escala. Afirmaron incluso que las tierras son del Estado y, más recientemente, que el próximo caso a resolverse sería el de Curuguaty; pero el presidente Horacio Cartes mantiene silencio respecto al tema.
De lo que sí habla Cartes
Cartes es un acaudalado empresario, sin experiencia previa en la gestión pública, que resultó ganador en las elecciones nacionales de abril de 2013 con más del 45% de los votos y la promesa de atraer la inversión extranjera al país. Aunque es de poca exposición pública, las frases del presidente han despertado el interés internacional y críticas desde referentes sociales en más de una ocasión, como cuando durante una reunión con empresarios en Uruguay comparó al país con una mujer bonita y fácil o el “usen y abusen de Paraguay” que pronunció frente a una delegación de empresarios brasileños que visitaban el país.
Su llegada al sillón presidencial fue el retorno a la hegemonía del Partido Colorado, al cual perteneció el dictador Alfredo Stroessner, cabeza de la dictadura más larga de América Latina. Paradójicamente, eso también significó la vuelta a la democracia formal para el país, después del quiebre democrático que supuso la destitución fraudulenta del ex obispo Fernando Lugo en junio de 2012, el primer presidente de signo político diferente al oficialista en los últimos 60 años.
Un año de gobierno y no hay respuesta
El pasado 15 de agosto, el presidente Horacio Cartes cumplió un año al frente del Poder Ejecutivo paraguayo y las calles de la capital se llenaron de voces de protesta y banderas de lucha, levantadas por organizaciones sociales, campesinas, sindicales y partidos políticos progresistas. Denuncian que se gobierna para los sectores privilegiados, favoreciendo las privatizaciones bajo el título de alianzas público-privadas, y que el país pierde soberanía con el endeudamiento promovido desde el gobierno, que acaba de emitir bonos al mercado financiero internacional llegando a un record histórico de deuda externa.
La entrega de las tierras de Marinakue a las familias campesinas de Curuguaty es una deuda más de Cartes en el aniversario de su gestión, donde las medidas para revertir la desigual distribución de la tierra escasean. Sin embargo, todavía esperamos que, con el respaldo de una ciudadanía global que sigue sumando firmas de apoyo, el presidente de Paraguay rompa el silencio y diga lo que todavía no dijo... ¡que la tierra de Marinakue es del pueblo!
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