Un niño refugiado con polio espera registrarse para obtener un nuevo hogar en Nyumanzi. Viste una camiseta dónde se lee en inglés: “Sin coche, sin casa, sin trabajo, sin dinero, sin novia, Oh mierda!”Vanessa EscuerMiles de personas esperan para recibir ayuda humanitaria en Nyumanzi.Vanessa EscuerSursudaneses recién llegados a los campos de refugiados en Uganda esperan en el centro de registros de Nyumanzi para que se les adjudique una tierra.Vanessa EscuerLos refugiados sursudaneses asisten al centro de registros de ACNUR, donde esperan que les asignen una tierra en el campamento de Nyumanzi (Uganda).Vanessa EscuerShawal (nombre ficticio para proteger su identidad) llegó a Uganda con sus cinco hijos. Su mujer fue asesinada en un ataque en un recinto de la ONU dónde se refugiaba en Bor. Su madre también fue asesinada durante otros enfrentamientos en la ciudad. Ahora está solo al cargo de sus hijos.Vanessa EscuerUna niña espera a entrar a la escuela en el campamento de Nyumanzi mientras mira a sus otros compañeros por la ventana del aula.Vanessa EscuerDos niñas esperan cargando bebés a sus espaldas en el campamento de tránsito de Dzaipi.Vanessa EscuerUna mujer cuida a su hijo hospitalizado en el recinto de MSF en Dzaipi por un grave caso de malnutrición.Vanessa EscuerFrancis, de 14 años, perdió a toda su familia en la guerra. Presenció sus muertes durante violentos ataques en la ciudad de Bor.Vanessa EscuerCentro de ocio construido por un refugiado en Nyumanzi, dónde pasan telenovelas y partidos de fútbol.Vanessa EscuerUna mujer da de comer a su hijo al recibir ayuda alimentaria en los campamentos de Uganda.Vanessa Escuer
