"No me gusta verme en pantalla"
Hablamos de trabajo con un madrileño en la Gran Vía en un vídeo incentivado por Heineken. Solo que es Hugo Silva y su trabajo, una de las carreras más estimulantes del cine patrio
Se mete uno en un taxi con Hugo Silva, el protagonista de la reciente Dioses y demonios y de la clásica Los hombres de Paco, y se encuentra con un señor razonablemente feliz, que a sus 37 años tiene localizados y ordenados los elementos que conforman su ahora apacible existencia. Está en donde quiere estar en su carrera, tanto en lo simbólico como en lo más tangible. Porque el actor está en la ciudad para que nació, Madrid, la gran ignorada por sus propios habitantes, la que este todavía sex symbol quiere reinvindicar y la casa Heineken le ha impuesto una misión: llevarnos en este taxi, que nos recoge en la madrileña plaza de la Luna, a uno de sus lugares favoritos.
Nos sentamos a su lado. Le preguntamos por su carrera. Y descubrimos que si algo caracteriza a un actor feliz es que, quizá por primera vez ante una cámara, no tiene reparos en ser él mismo.
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