Scarlett Johansson pasa factura al escritor que se inspiró en ella
Gregóire Delacourt deberá indemnizar a la actriz con 5.000 euros por usar su nombre en su última novela
Scarlett Johansson ha ganado la batalla judicial que la enfrentaba desde el año pasado al escritor francés Gregoire Delacourt, quien en su última novela La première chose qu'on regarde (Lo primero que se mira) incluyó a un personaje con el mismo nombre y un parecido más que razonable con el de la actriz. Ahora, un tribunal de París ha ordenado al novelista y a la editorial Jean-Claude Lattès a indemnizar a la estrella de Hollywood con 2.500 euros por daños y perjuicios por la representación “hiriente y degradante” de su personaje. Delacourt deberá también pagar la misma suma para sufragar el coste del proceso. Una cifra muy inferior a los 50.000 euros que le pedía la actriz por usar su imagen como reclamo publicitario para su libro, que ha vendido unos 100.000 ejemplares desde que salió al mercado.
En el argumento del libro, un mecánico “más guapo que Ryan Gosling” y una supermodelo de vestidos de novia que podría ser la doble perfecta de Scarlett Johansson pasan una noche juntos y desarrollan una historia de amor. "El hecho para Scarlett Johansson de verse en dos relaciones sentimentales sobre las que nunca se ha expresado, presentadas como oficiales y confirmadas, una 'aventura parisina sin gran convicción' y la otra una 'aventura exprés', son de una naturaleza que la demandante puede legítimamente considerar hiriente y denigrante", establece el tribunal en su sentencia emitida el pasado miércoles. Pero este no ha aceptado la demanda de la actriz sobre la detención de cualquier traducción del libro o de su posible salto a la gran pantalla. Una petición con la que se querría curar en salud, puesto que la anterior novela de Delacourt, un superventas, ha sido publicada en más de 40 países. Aun así, el abogado de la actriz ha asegurado estar “extremadamente satisfecho” con el veredicto, mientras la defensa de Delacourt ha querido resaltar la compensación “irrisoria” que deberá pagar el escritor.
“No he escrito una biografía de Scarlett Johansson, sino un trabajo de ficción, sin maldad alguna. Supuse que tenía derecho a utilizar el material que me rodea cada día: marcas, ideas, estrellas de cine. ¡Son de uso público!”, comentó en junio del año pasado Delacourt a un semanario francés al enterarse de la denuncia. Una demanda que desde luego le debió sorprender, cuando dijo sin dudar que incluso se planteaba la posibilidad de sentarse a tomar un café con la actriz.
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