Malviviendo en Segunda B
Un 40% de los clubes de fútbol de la categoría de bronce han sido denunciados por impagos La deuda de los equipos ha llegado esta temporada hasta 1,9 millones de euros
El árbitro pita el comienzo del partido y los jugadores del Racing de Santander forman una fila, abrazados, en el centro del campo. En las gradas del estadio cántabro, El Sardinero, la afición apoya a su equipo al grito de “No se juega”. La plantilla lleva seis meses sin cobrar y ha decidido no disputar el encuentro a modo de protesta. “Fue un momento de mucha tensión”, recuerda Mario Fernández, capitán del conjunto verdiblanco. Ha pasado medio año desde aquel partido y el gesto reivindicativo se ha convertido en la imagen de las dificultades que atraviesa la Segunda división B. La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), el sindicato del gremio, ha recibido esta temporada 210 denuncias de deportistas por impagos que afectan a 32 de los 80 equipos de esta categoría, el 40%. La suma de esa deuda ha llegado a alcanzar 1,9 millones de euros.
Recurrir a la AFE es la manera que tienen los futbolistas de asegurarse que cobrarán lo que se les debe. Si los clubes denunciados no pagan antes de la fecha límite —este año el 30 de junio— se enfrentan al descenso administrativo; pasan a competir en una categoría inferior. En ese caso, las nóminas pendientes las asume el sindicato. El 25 de junio, la AFE anunció que de las más de 200 reclamaciones presentadas, estaban pendientes de resolución un total de 125, relativas a 11 equipos y por un valor de unos 900.000 euros.
Uno de los deudores era el Racing. El conjunto cántabro logró reunir en tres días, mediante la venta de abonos, los 180.000 euros que tenía que pagar a cinco exjugadores. La directiva todavía adeuda a su actual plantilla los últimos tres meses, pero ha negociado una prórroga hasta el 31 de julio para ponerse al día. Los futbolistas tuvieron que enfrentarse a medio año sin percibir ni un euro. “Algunos teníamos la suerte de haber jugado en equipos de Primera y habíamos ahorrado, pero la gente que venía de Segunda B lo ha pasado muy mal. Tuvieron que pedir dinero a sus familias”, explica el capitán del Racing.
Fran Úbeda, futbolista del Écija Balompié conoce muy bien esta situación. Él y otros nueve jugadores reclamaron al club sevillano el sueldo pendiente de tres meses: 22.400 euros. “Es un club humilde que cada año tiene que reinventarse. Siempre se había pagado poquito, pero se había cumplido”, comenta Úbeda. En el Écija no toda la plantilla cobra un sueldo; algunos juegan a cambio de comida y vivienda y otros están cedidos por otras agrupaciones, que son las que les pagan. En la categoría de bronce solo son obligatorias seis fichas profesionales por equipo y los sueldos pueden variar mucho dentro de una misma plantilla.
En 1989, se firmó un convenio que establecía una retribución mínima en esta división, pero no se ha actualizado desde entonces. Vicente Blanco, director deportivo de la AFE, explica que la licencia profesional supone pagar a la Liga unas cantidades que suelen ser elevadas, en la categoría de bronce unos 3.000 euros. “Por eso hay muchos jugadores de Segunda B a los que no se les tramita”.
El presidente y propietario del Écija, Eduardo Serrano Amorós, sostiene que no ha pagado a sus jugadores debido a que el Ayuntamiento de la localidad, de 40.000 habitantes, no ha abonado al club una subvención prometida de 50.000 euros. Serrano añade que no intentó negociar con la plantilla antes de que esta reclamase a la AFE y que tampoco presentó alegaciones: “Cuando no se cobra lo normal es denunciar al club. Es la manera de asegurarse el pago”. El mismo día que vencía el plazo para abonar la deuda, un grupo de inversores locales hizo una oferta de compra del equipo por unos 50.000 euros y acordó con la AFE sufragar los impagos antes del 15 de julio, evitando así el cambio forzado de categoría.
El CD Ourense no tuvo tanta suerte. El conjunto gallego no pudo hacer frente a los 160.000 euros que debía a su plantilla tras cinco meses sin pagarles el sueldo y tuvo que asumir el descenso a Tercera división. “La situación está bastante complicada”, se lamenta José Ramón Fernández, vicepresidente en funciones del club. Fernández explica que el consejo de administración dimitió el 28 de abril, y que si no aparece nadie dispuesto a hacerse cargo del equipo, tendrá que ser un juez quien decida qué va a ser de él.
Antes de que los jugadores del Racing se plantaran en aquel partido de enero, el futuro del conjunto cántabro también estaba en el aire. “Llegó un momento en que perdimos la confianza en que el equipo pudiese sobrevivir. La sensación era que, si no cambiaba todo, probablemente no habría manera de seguir”, comenta Paco Fernández, entrenador del club. Tras la protesta en El Sardinero, la directiva cambió y la plantilla comenzó a cobrar algunas de las nóminas. “La situación que se encontraron los nuevos dirigentes fue muy complicada y los jugadores lo sabemos. Pero ahora hay mucha transparencia y se nos informa de todo”, aclara Andreu Guerao, centrocampista verdiblanco.
Deportivamente, la temporada ha sido buena para los verdiblancos, que han acabado primeros de grupo, por lo que ascenderán y volverán a jugar en Segunda, categoría en la que han pasado 33 de sus 101 años de historia. Los jugadores del club comentan que hay una gran diferencia entre Segunda y Segunda B, sobre todo, por la falta de recursos económicos, consecuencia, entre otros motivos, de la ausencia de derechos televisivos y el menor número de aficionados. Con todo, Guerao respira aliviado: “Ha sido un año muy duro, pero el ascenso hace que haya valido la pena”.
La mala racha del Racing
- En 2011, el jeque indio Ali Syed compra el equipo por dos millones de euros. Syed deja de pagar a los jugadores y desaparece de España con una orden de búsqueda y captura.
- En la temporada 2012-2013, el club juega en Segunda tras una década en Primera. La plantilla racinguista pasa por las manos de cuatro entrenadores que no logran evitar un nuevo descenso tras perder 20 de los 36 partidos que disputó.
- A finales del 2013, año del centenario del club, el Racing suspende todos los pagos y Hacienda le embarga las cuentas. Un juzgado madrileño anula en diciembre la compra de Ali Syed por impago.
- A mediados de la temporada que acaba de concluir, en el mes de enero, los jugadores deciden no jugar un partido de la Copa del Rey contra la Real Sociedad para protestar por los seis meses de impagos del club.
- El 31 de enero, cambia la directiva. El nuevo presidente es Tuto Sañudo, exjugador del Racing. Los futbolistas comienzan a cobrar algunas nóminas atrasadas, a pesar de lo cual, tanto la plantilla como algunos exjugadores interponen denuncias ante la AFE por impagos.
- El club negocia con la AFE una prórroga hasta el 31 de julio para pagar los tres meses que adeuda a su plantilla. Además, organizan una campaña de abonos con la que consiguen reunir en menos de tres días los 180.000 euros necesarios para pagar a los exjugadores antes del 30 de junio, la fecha límite fijada por el sindicato.
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