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Gary Oldman levanta ampollas en Hollywood y luego pide perdón

Tras una polémica entrevista en la que critica el doble rasero de la industria y defiende las declaraciones antisemitas de Mel Gibson, el actor se ve obligado a rectificar

El actor Gary Oldman, en un estreno el pasado mes de febrero.
El actor Gary Oldman, en un estreno el pasado mes de febrero.CORDON PRESS

No hay nada más frustrante para Gary Oldman que la deshonestidad. Bueno, quizá las entregas de premios. O los padres con exceso de celo. O ya puestos, los programas de reality en televisión. Al actor británico le frustran también algunas de sus películas, incluso esas que como Sid & Nancy lanzaron su carrera o esas otras que llenaron las salas en tropel tipo Batman: El caballero oscuro o El quinto elemento. “¿Cómo voy a sonar? ¿Enfadado?”, se preguntó el propio Oldman durante la entrevista que concedió este mes a la revista Playboy y que ha levantado ampollas. El intérprete, de 56 años, no solo suena molesto sino que ha enfadado a muchos que consideran sus declaraciones racistas, sexistas y antisemitas. Especialmente esas en las que defiende a Mel Gibson y a Alec Baldwin por decir, el primero durante su arresto en 2006 y el segundo más recientemente en Nueva York, esos epítetos que en opinión de Oldman todos usamos en privado. “Mel Gibson se emborracho y dijo unas cuantas cosas pero todos decimos cosas así. Unos hipócritas. Eso es lo que somos”, arremetió el actor durante una entrevista concedida como parte de la promoción de su nuevo estreno, El amanecer del planeta de los simios.

Lo que Gibson dijo en su momento es que “los judíos eran responsables por todas las guerras del mundo”. Y Baldwin le espetó un “maricón” al paparazzi que le venía siguiendo. Comentarios ambos dos que fueron duramente criticados en la industria de Hollywood, demasiado duramente en opinión de Oldman, quien se quejó de una deshonestidad rampante y de un doble rasero. Y como añadió, “la deshonestidad” le frustra. “Mel Gibson está en una ciudad manejada por judíos y sus comentarios fueron erróneos porque fue como morder la mano que le daba de comer”, dijo el actor. Unas palabras que 24 horas más tarde se tuvo que comer en su disculpa a la Liga Anti Difamatoria. “Cuando lo vi impreso me di cuenta de lo insensible que fui”, ha reconocido el actor en un acto de contrición que no acaba de satisfacer a los ofendidos. “Soy un gilipollas. Soy una figura pública y debería de servir de ejemplo e inspiración”, repitió más tarde en persona durante el programa de Jimmy Kimmel.

Sus disculpas no acaban de cuajar porque el intérprete apenas deja títere sin cabeza en su afán de acabar con la corrección política y sincerarse en esta entrevista. Se libró Francis Ford Coppola, aunque su trabajo en Drácula junto al realizador podría haber sido mejor, dijo. También se libró el mexicano Alfonso Cuarón, al que conoció en Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Y su último trabajo en El topo. El resto, escasamente. Películas como Sid & Nancy, El quinto elemento o Batman: El caballero oscuro no fueron en su opinión más que “trabajo”. Como declaró el actor recientemente a este periódico, “trabajé en Batman durante siete años y el problema con Gordon es que siempre llegaba tarde”.

Otras críticas fueron más ofensivas como su descripción de los reality shows como “museos de la decadencia social” o de esos padres excesivamente protectores que hacen creer a sus hijos “que son el centro de este jodido universo”. Pero los comentarios más ofensivos los reservó para los galardones más conocidos en la industria en la que trabaja: los Globos de Oro y los Oscar. De los primeros, que anualmente concede la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood, aseguró que son “una fiesta sin sentido. Noventa don nadies divirtiéndose”. Y en el caso de los Oscar afirmó que en la pasada edición, el hecho de no votar por 12 años de esclavitud como mejor película del año te convertía en un racista.

Algo se olió el actor antes de concluir su entrevista porque le dijo a su entrevistador, David Hochman, que tendría que “editar o cortar” la mitad de lo que había dicho o quedaría como un intolerante. “Defiendo a los que no debo. Digo que no hay problema con Mel, que Alec es un buen chico”, resumió el artista subrayando una vez más en sus declaraciones que lo que no aguanta es el doble rasero. “Me pone los pelos de punta más que cualquier otra cosa”, concluyó.

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