Un grupo de jóvenes juega a hacer piruetas en la playa Macumba del barrio de Barra di Tijuca, al suroeste de Río de Janeiro. Una de las premisas que Christoph Simon dio a sus alumnos fue que intentaran captar la espontaneidad y huyeran de los posados.Luiz Gustavo Junior (AFP)Simon y sus alumnos fotografiaron juntos su día a día y su pasión por el fútbol en el momento en que todos los objetivos sitúan la mira en Brasil, país anfitrión de la Copa del Mundo de fútbol de 2014. En la foto, dos amigos juegan con una pelota durante el atardecer en la playa de Ipanema de Río de Janeiro. Los balones de toda clase son el denominador común de las fotos de los niños.Silvana de Ararujo Barcelo / AFPPrimer plano de un automóvil abandonado en la favela de Cidade de Deus, a la que pertenecen los niños participantes en el proyecto. La favela, una de las más famosas de Río, está formada por más de 700 casas. Aunque la delincuencia ha disminuido en los últimos años, todavía faltan muchas infraestructuras básicas como hospitales, colegios o servicios de limpieza.Kauan Oliveira de Lima / AFPA través del proyecto, los alumnos volvieron a descubrir su barriada y retrataron momentos en los cuales no habían reparado hasta entonces. En esta imagen, el fotógrafo captura el momento en que la gorrita de un niño se vuela mientras juega con una pelota en la playa de Barra da Tijuca, al suroeste de Río de Janeiro.MARCIO FERRERA DOSSANTOS / AFPUn niño de la favela de Cidade de Deus calza un solo zapato. La reducción de la pobreza infantil es uno de los grandes retos de Brasil.Severita / AFP"Les enseñé los rudimentos de la profesión y les impuse algunas normas básicas, como la prohibición de hacer posar a la gente (difícil de aplicar en un país donde se adora hacerlo) o emplear el flash", explica Simon en su blog. No obstante, esa norma se rompió a veces para lograr algún buen retrato. En la foto, un niño mira fijamente a cámara a través de la verja de uno de los campos de fútbol que hay en la favela de Cidade de Deus.Juan / AFPPese a ser una favela pacificada, Cidade de Deus aún no se ha convertido en un lugar tranquilo. "En varias ocasiones nos encontramos cara a cara con los narcotraficantes, molestos por ver de repente todas esas cámaras", recuerda Simon. En la imagen, un niño juega con un balón en una de las calles de la favela de Cidade de Deus.MARCIO FERRERA DOSSANTOS / AFPNo todo es fútbol en Cidade de Deus. En la imagen, una niña tira de otra que calza unos patines en una de las calles de la favela.MARCIO FERRERA DOSSANTOS / AFPLos miembros de un equipo de fútbol infantil descansan durante la pausa del partido que están jugando en la favela de Cidade de Deus. Los jóvenes contaron con la posibilidad de mostrar los lugares donde viven y el origen de su pasión por el fútbol. Para Simon, el resultado no ha podido ser más sincero.Severita / AFP
