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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Reflexiones poselectorales

Pertenezco a una plataforma social denominada Ciudadanos por la Unidad de la Izquierda, que propugna que los grupos políticos de la “izquierda indignada” confluyan, sin perder su identidad propia, en una única candidatura electoral. Y que esa confluencia fomente la participación de grupos y personas que no pertenecen a ningún partido político. El sistema electoral tiende a la polarización y al bipartidismo. En la gran mayoría de las provincias españolas —quizá en unas 40 de ellas— es inevitable que el voto de los partidos pequeños —y no tan pequeños— se “desperdicie” y no se traduzca en representación en el Congreso de los Diputados. Millones de españoles se ven eliminados del juego político. Las instituciones se alejan de los ciudadanos y la sociedad queda sometida a un proceso de anestesia social. La única forma de que Podemos, IU, Equo y otras formaciones similares se hagan visibles es uniendo sus fuerzas en una única candidatura. De lo contrario, el denominado “voto útil” y la abstención laminarán ese voto y volverán a dejar sin representación a una parte muy importante de la población española. Una parte, por poner un ejemplo, muy superior a ese 9% de diputados que no van a votar a favor de la ley orgánica de sucesión del Rey.— Alberto Granados Orcero.Teruel.

Terminada la cita electoral, con su inevitable resaca de eruditos analistas sobre los resultados de las mismas, creo que es el momento de dar paso al sentir del ciudadano medio. Sin entrar en partidismos y desde una perspectiva más amplia.

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En mis tiempos de estudiante, aprendí que democracia significa poder presentar libremente opciones de gobierno diferentes, y la capacidad cíclica del pueblo a elegir entre estas mediante un sistema de sufragio universal. Inocentemente pensaba que a estas alturas ya nadie cuestionaba el sistema, pero después de escuchar las declaraciones de más de un destacado “demócrata” tras la irrupción en escena de nuevas opciones políticas, más me inclino a pensar que el modelo lo tienen aprendido, pero no interiorizado; y que en lo que creen realmente es en la conveniencia de que el país sea regido por un tipo de democracia, basada en un bipartidismo de proximidad ideológica, y con una muy limitada capacidad de decisión o cambios. Sobre todo cuando estos sean de calado social o económico. Resumiendo: en una democracia tutelada por las élites, fundamentalmente las económicas.

Mi reflexión es que quizá sea necesario que algunos políticos, o mejor toda la ciudadanía, vuelvan a aprender conceptos como democracia activa, participación ciudadana, etcétera; y así, nos daremos cuenta de que en el conformismo, la pasividad y la dejación están los verdaderos enemigos de las libertades democráticas, y no en las distintas opciones políticas cuando hacen uso legítimo de estas.— Rafael Iturgaiz Martínez. Portugalete, Bizkaia.

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