Restitución y disuasión
El "cuarteto" de pensionistas millonarios de Caixa Penedés se ha librado de la cárcel mediante un acuerdo extrajudicial
Al parecer, el hecho de que el expresidente de Caixa Penedés y otros tres directivos de la caja saqueada devuelvan el dinero (28,6 millones) de sus desorbitadas pensiones (ofensivas en una caja conducida a la quiebra por los perceptores de tan sustanciosos retiros) es una anomalía, una singularidad generosa que debe premiarse con una rebaja de las penas impuestas por administración desleal. Ricard Pagés, Santiago Abella, Joan Caellas y Manuel Troyano no entrarán en la cárcel; han devuelto el dinero y la acusación particular —el Banco Mare Nostrum (BMN) y la fundación de la Caja expoliada— aceptó una rebaja de la pena que el juez sancionó. Pero ¿no es la restitución de lo robado la primera condición para expiar un delito? Porque el delito existe —conducta maliciosa, insidiosa y abusiva—, según dictaminó el juez. Por tanto, la devolución del dinero sólo debía ser el primer paso de dicha expiación. El acuerdo extrajudicial y la alegría de los acusadores (“hoy es un gran día para la justicia penal, porque se ha devuelto a los contribuyentes lo que es suyo”, explicó el representante de BMN) han desactivado la segunda y disuasoria parte del castigo.
De forma que la sentencia es ejemplar, por cuanto que ha condenado formalmente a tres directivos de una caja quebrada y, además, ha conseguido que los acusados reconozcan su culpabilidad (impagable, propio de un melodrama judicial como Testigo de cargo o Veredicto final, el momento en el que Pagés acepta a regañadientes y a trompicones los cargos de traición a la confianza de la institución); aunque es menos ejemplar de lo que hubiera sido si los cuatro hubieran seguido los pasos de Madoff.
Pero lo que da miedo es la facilidad con que el cuarteto se saltó los controles de la caja para autoconcederse las pensiones de vértigo. Tan sencillo como ocultar las pólizas de las pensiones a los órganos de vigilancia corporativa. Si Anticorrupción no hubiese actuado de oficio cuando la prensa publicó las prebendas quizá nadie conocería hoy el expolio. Como primera incursión de la justicia contra el saqueo de las cajas merece al menos un aprobado. A ver si los próximos thrillers judiciales (CAM y Novacaixagalicia) ofrecen disuasión además de restitución.
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