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Ocho trucos caseros para salvar tu ropa

Desde los poderes ocultos de un congelador hasta la utilidad insospechada de la anilla de un llavero, te damos las armas para convertirte en el MacGyver de tu armario

Camisa impecable, zapatos relucientes, corbata perfecta, afeitado apurado o barba cuidada. Ser un gentleman, igualito que Colin Firth, no es tarea fácil. La clave son los pequeños detalles. Pero no te preocupes, la sabiduría popular en su vertiente más fashion puede ayudarte a sortear problemas de la vida cotidiana que pueden echar al traste tu estilismo. Con estos ocho sencillos consejos no echarás de menos la ayuda de tu madre.

Convierte una corbata ancha en una 'skinny'

Si crees que una corbata es demasiado ancha, con unos pocos pasos puedes quitarle unos centímetros de anchura. Basta con que te hagas con unas tijeras, un metro, una plancha y aguja e hilo. Si abres la costura de la corbata por la parte trasera, puedes darle la anchura que deseas y poco más. Míralo en Internet: los tutoriales de moda no son solo cosas de mujeres. Pero vigila cuán skinny quieres la corbata: la tednencia del hoy es el horror del mañana.

Planchado impecable

¿No sabes planchar del todo bien? Si te parece más fácil asumirlo que corregirlo, te equivocas: existen varios trucos que te harán parecer un dios del planchado más allá del clásico tender las camisas en una percha bien estiradas y dejarlas en el baño mientras te duchas. Pero también puedes mezclar una taza de agua y una cucharada de suavizante para ropa en una botella con atomizador y echárselo a la prenda. Verás cómo queda. Lo más loco: meter la prenda en el congelador diez minutos, sacarla y ponértela (aún a riesgo de resfriado, el calor de tu cuerpo y el frío de la prenda quitará las arrugas) Lo más americano: Si tienes secadora, introducir unos cubitos de hielo en ella mientras se seca. ¿Alguien da más?

Tiñe tus zapatillas viejas

Está muy bien el rollo zapatillas usadas, pero todo tiene un límite. ¿Por qué no coges esas zapatillas de tela desteñidas y les das nueva vida? Primero frótalas con un cepillo con bicarbonato y pasta de dientes. Se irán todas las manchas. Una vez limpias puedes teñirlas con cualquier tinte para telas de los que hay el mercado, dejarlas secar y bingo. Zapatillas nuevas.

Zapatos cuidados

Para que los zapatos de traje brillen, lo mejor es que utilices aceite para cuero. Pero en casos desesperados, el aceite de oliva puede ser un digno ayudante. Basta con unas pocas gotas para que, una vez limpios, brillen de manera deslumbrante. También existen otros remedios como pasarles la piel de un plátano, el zumo de una cebolla, el de una naranja o una patata para hidratarlos. Pero quédate con lo del aceite: nadie quiere zapatos que huelan a ensalada.

Afila cuchillas con unos vaqueros

¿Necesitas afeitarte y tus cuchillas desechables ya no te sirven o cortan fatal? Si no encuentras otras, puedes afilar las que tienes: busca unos vaqueros antiguos y pasa la maquinilla de abajo hacia arriba unas veinte veces. Vamos, en el sentido opuesto al que te afeitarías y sin cortar la tela. Antiguamente los barberos utilizaban telas de cuero para afilar las cuchillas así que estamos hablando de una manera la mar de vintage de dar vida a tus maquinillas.

Sin bolas de lana

Las prendas de lana son delicadas y es fácil que les salgan molestas bolitas que las afean. Aunque el punto de partida para que la lana dure es la calidad, conviene que elimines las bolitas que salen con una cuchilla de afeitar (puedes utilizar la que has afilado antes). Hay que hacerlo con cuidado y siguiendo siempre el sentido de la fibra de la prenda. Existe el falso mito de que meter las prendas de lana en el congelador evita que se creen esas bolitas, pero realmente no sirve de nada. Eso sí, hará para que las lanas fuertes piquen menos. Bendito congelador.

La perforadora de papel, tu mejor amiga

Si necesitas un agujero extra en uno de tus cinturones olvídate de hacerlo con un cuchillo. No sólo quedará fatal y sin forma redondeada sino que corres el riesgo de cargarte el cinturón. En caso de que no puedas ir a un zapatero, lo puedes hacer en tu casa con un perforador de papel de mano de un único agujero. Marca donde irá el orificio apretando con un destornillador para hacer una marca y utiliza el perforador. También te puede servir para hacer un agujero más para los cordones de unos zapatos de cuero.

Bragueta en su sitio

La cremallera de la bragueta es una de las primeras cosas que empieza a dar problema en unos pantalones que no sean de marca. O se abre sola por su mala calidad o porque la has usado mucho, eso queda para tu intimidad. En todo caso, llevarlos a una costurera puede salirte más caro que lo que te costó el propio pantalón: la solución es tan sencilla como introducir una anilla de llaves por el tirador de la cremallera y, al atar el pantalón, introducir la anilla en el botón del pantalón. No se ve y, lo más importante, no irá pareciendo que no sabes ni abrocharte la bragueta.

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