Daniel Moyano y su aventura en la ciudad
NY, 5ª Av. - Acuarela sobre papel
Daniel Moyano (Valladolid en 1977) era de los que dibujaba caricaturas de los profesores durante las horas de clase. De esos apuntes a los cómics y de estos a las ciudades, sus pinturas y dibujos resumen el currículum de conocimiento, ideario, preocupaciones y ocupaciones de este arquitecto atípico que comenzó a pintar en el taller de Francisco Javier de Torre Garcés cuando tenía 12 años.
Así, ilustrador, diseñador, pintor y arquitecto, el suyo es un oficio plural que le ha llevado a exponer por varias salas españolas y a firmar carteles. Es profesor del taller “Imagen y desarrollo gráfico del proyecto” en el Máster de Arquitectura y Diseño de Interiores de la Universidad de Salamanca y expone hasta el 25 de mayo, Aventura en la ciudad en la Sala Municipal de la Cúpula del Milenio, en Valladolid.
¿Por qué estudió arquitectura?Inconscientemente. Hasta bien entrada la carrera no descubrí de lo que realmente se trataba. Nada nos adelanta la responsabilidad del arquitecto y de la arquitectura, y yo quería una carrera en la que tuviera que dibujar mucho.
¿Qué esperaba de los estudios?Nadaen concreto. A toro pasado, me doy cuenta de muchas carencias, de posibles mejoras y de algunas oportunidades perdidas
¿Qué ha sido lo más sobresaliente de su formación: lo que más le ha servido?Algunosgrandísimos profesores:
Luis Mingo del que aprendí las relaciones entre la arquitectura y las diferentes corrientes artísticas del SXX, y los resultados; de Juan Manuel Báez aprendí a mirar con otros ojos y a plasmarlo de forma narrativa. De Javier Maderuelo e Ignacio Arrechea entendí lo complejo que puede llegar a ser el proceso de creación artística y lo difícil que es emitir juicios. Con Andrés Celis aprendí, por fin, a hacer proyectos. Supo sacar de cada uno de sus alumnos “su forma” de hacer arquitectura. Un profesor brillante en su silencio.
¿Cuándo y por qué optó por una dedicación profesional atípica? Ha ido pasando. Se nos inculca en las escuelas una única forma de practicar la arquitectura. Hasta que no sales y coges perspectiva, es difícil darse cuenta de que se puede ser arquitecto de otras formas.
Al final no sé muy bien cómo definirme. Escribo una publicación digital, pinto y dibujo, hago modelado y renders 3d, soy arquitecto… o quizá soy solo un arquitecto que escribe, pinta, dibuja y modela. La pintura me interesaba antes que la arquitectura.
¿Cómo valora económica, personal e incluso socialmente esa decisión? La precariedad y la incertidumbre son máximas. Sigo buscando un estudio que me quiera contratar. Pero no dejo de hacer lo que más me gusta. Ser moderadamente versátil me hace sentirme cómodo en varias actividades. También es algo terapéutico, supongo.
Socialmente, supongo que desde fuera se ve bien cuando uno dice que “sabe hacer” varias cosas. Creo que el hecho de no estar nunca quieto acaba llegando a los demás y se valora positivamente.
¿Tienen los arquitectos miedo de romper la endogamia y el círculo social e intelectual en el que viven? Los arquitectos que ahora tienen unos 50 años o más siguen pensando que internet es el futuro y siguen sin querer ver el fin del ciclo (no todos, claro, pero una gran mayoría sí). Siguen viviendo en su mundo.
Los que estamos por debajo de los 45 (y no digo ya las nuevas generaciones), queremos que se nos considere como un elemento útil, como un instrumento social, aparte de técnicos de los mejor formados a nivel mundial. Queremos que se nos valore justamente, pero no deseamos ser vistos como una élite ajena a la sociedad. Es nuestra responsabilidad romper esa situación y salir a la calle y explicárselo a la gente. Ya se está haciendo y poco a poco se ven resultados, pero cuesta mucho romper ciertos estereotipos.
El proyecto de ley LCSP no deja de ser una colección de lugares comunes y falsedades sobre una profesión claramente definida y con una situación ya bastante precaria como para rematarla de esta manera
En cualquier caso, sospecho que el problema real de la percepción negativa que se tiene de la arquitectura y de los arquitectos viene de una escasa (por no decir nula) formación en colegios e institutos sobre la necesidad, sobre el trabajo real del arquitecto, sobre la formación que tenemos y las competencias que nos ganamos gracias a tantos años de estudio. A nadie se le ocurre dudar de las competencias de un médico, o de un ingeniero de caminos.
¿Qué le hizo ver que había otras posibilidades? Poco a poco vas sintiendo la necesidad de integrar en tu trabajo tus otras habilidades. Y poco a poco va pasando. No soy mucho de imitar modelos, la verdad. Entre otras cosas porque si veo que otro ya lo hace, intento hacer algo diferente, y eso me tendría siempre en un constante cambio que no me permitiría concretar nunca. Veo lo que hacen otros, lo observo, lo valoro, pero no tomo a nadie como ejemplo a seguir. Supongo que a estas alturas ya he comprendido que lo que le funciona a uno no tiene por qué funcionarle a otro.
Además soy bastante variado en mis gustos. Tanto en arquitectura como en pintura, cómic, literatura, cine o música, puedo poner ejemplos tan opuestos de cosas que me gustan que parecería que no tengo ningún criterio. Kandinsky decía que nuestra armonía está hecha de contrastes y contradicciones. Pues tengo mucho de ambos.
¿Qué puede hacer la arquitectura por la sociedad más allá de los planos? Una vivienda, o una oficina, bien pensada, bien resuelta y bien construida, permite evitar incomodidades y problemas a corto, medio y largo plazo (desde problemas constructivos hasta problemas de salud del usuario).
Puede hacer que nuestras ciudades puedan adaptarse correctamente a las necesidades de sus habitantes y evolucionar a la vez que la sociedad. Pero tenemos dos grandes enemigos. Por un lado la eterna necesidad de recortar gastos: lo barato sale caro (tanto regateando honorarios técnicos como eligiendo soluciones baratas); por otro lado, la injerencia de la política y de los intereses puramente comerciales en el desarrollo urbanístico, que contaminan de forma irremisible el proceso.
¿Qué consejos daría a un joven estudiante de arquitectura? Supongo que les diría que abriesen bien los ojos a todas las posibles formas de hacer arquitectura, que busquen aquella que más les satisfaga y que la desarrollen hasta las últimas consecuencias. Seguro que aportarán algo nuevo, y si no, al menos disfrutarán del camino.
People, NY - Acrílico, tinta y collage sobre papel.
Londres, Camden - Tinta y acuarela sobre papel (exposición actual, Aventura en la ciudad - Splash Cities)
Venecia - Tinta y acuarela sobre papel (exposición actual, Aventura en la ciudad - Splash Cities)
Valladolid, C/Santiago - Tinta y acuarela sobre papel (exposición actual, Aventura en la ciudad - Splash Cities)
FOTO: Lutton Gant
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