Los derechos del terror

Cuando Reino Unido aprueba una ley que despoja de la nacionalidad británica a quien perjudique gravemente intereses nacionales vitales, sin audiencia pública y con sólo 28 días para apelar ante un tribunal especial migratorio. Cuando Estados Unidos permite a su presidente ejecutar a un norteamericano (o a quien sea) mediante un avión armado no tripulado sin derecho de audiencia, juicio o defensa de algún tipo. Cuando, desde el Estado de derecho, la lucha contra el terrorismo internacional se libra con listas negras domésticas, regionales y globales de personas y empresas sospechosas de conexiones con el terror. Cuando la comunidad de Estados avanza en su lucha sin pensar en ética, moral ni buenas costumbres, los terroristas perciben el aliento gubernamental en la nuca y la academia concluye que los medios de combate ilegítimos conducen a masivas adhesiones a los violentos, la sociedad internacional debe repensar su papel en el escenario global y convertirse en actor dirigente de un derecho ético que obligue a los políticos a colocar la dignidad del ser humano en el centro de todas sus acciones.— Luis Peraza Parga.