¿Por qué no lo hablamos?
En la viñeta de El Roto publicada en este diario el pasado 13 de mayo, un toro ensangrentado e indefenso le dice al torero: maestro... ¿por qué no lo hablamos? Esta breve frase encierra en mi opinión un perfecto alegato contra la sinrazón de las corridas. A mí me ha emocionado y me ha movido a escribir esta carta.
Cierto es que el mundo está lleno de víctimas de horrores y atrocidades, y que muchos pensarán que al fin y al cabo los toros son animales, seres que calificamos de irracionales. Pero estos seres también merecen que se les reconozcan sus derechos, como el de no ser torturados y que encima su tortura sea jaleada por el respetable.
Algunos califican a los antitaurinos de antiespañoles. Nada más falso. Si amo a mi país quiero que de él desaparezcan todas las lacras, y que ningún ser racional o irracional sea víctima de trato violento o vejatorio.
Gracias a El Roto por su claro mensaje. ¿Por qué no lo hablamos?— Margarita Alonso García-Amilivia.
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