De nuevo, los incendios

Otra vez nos toca hablar de los incendios Si todos los años por estas fechas primaverales hay que incidir en medidas de prevención contra los incendios, que asolan nuestros montes este año más si cabe, debido a la extrema sequía que padece media España y que no tiene visos de que cambie.

El intenso y sofocante calor, la falta de lluvias, la quema de rastrojos incontrolada, el recorte en medios y personal, sobre todo, brigadas y el estado de los montes —sucios es poco— son una auténtica bomba de relojería. Si a este cóctel explosivo, añadimos una legislación por lo que se refiere al Código Penal bastante timorata contra los pirómanos que habla de faltas cuando debería hablar de delitos y una Ley de Montes, que permite recalificar el suelo forestal quemado antes de que transcurran 30 años, como establecía la anterior ley, nos tememos lo peor.

Los datos ya por todos conocidos, revelan que más del 90% de los incendios que se originan son provocados y un porcentaje muy pequeño obedece a fenómenos naturales como tormentas o rayos. A los daños económicos, muchas veces también humanos, hay que sumar los daños medioambientales, que muchas veces son irrecuperables. Y también los daños que provoca en la fauna silvestre.

Siempre hemos oído decir y, además, es verdad que los incendios se apagan en invierno y esto se hace a través de una buena política de prevención.— Patricio Simó Gisbert.