Imprescindibles
Menudo sainete el que se han montado el expresidente Aznar y “su” partido. El presidente de honor del PP se lamenta de que no lo hayan invitado a participar en la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo; luego, cuando es invitado, dice que ya no es posible y, más tarde, “encuentra” un hueco en su agenda para participar en un acto electoral con su amigo Cañete.
De mal gusto me parece el “lloriqueo” inicial, la rectificación del PP ante las quejas, la negativa a participar y el “hallazgo” del hueco en la agenda. Yo no sé si Aznar está convencido de que es el ombligo del mundo o, al menos de este país o, como poco, del Partido Popular. Ignoro si realmente cree que “nos sacó del rincón de la Historia” y que le debemos agradecimiento eterno por ser él quien es. Lo que sí parece, es que su ego es inmenso, que no va a dejar de intentar marcar el paso a todo bicho viviente y que tiene un altísimo concepto de sí mismo.
Sin duda, el expresidente Aznar no cree en eso de que los cementerios estén plagados de personas que se creían imprescindibles.— Ángel Villegas Bravo.
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