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EL DEBUT

De profesión, esteta

Tras años cultivando amistades siempre útiles, Alasdhair Willis, el marido de Stella McCartney ha presentado su primera línea de calzado

Tom C. Avendaño
Alasdhair Willis, el pasado 15 de febrero,en la semana de la moda de Londres.
Alasdhair Willis, el pasado 15 de febrero,en la semana de la moda de Londres.BEN STANSALL (AFP)

¿A qué llama debutar?

En 2005, al exbeatle Paul McCartney le nació su tercer nieto; la modelo Kate Moss se plantó en el festival de Glastonbury con botas de agua, y uno de los jóvenes editores de la revista Wallpaper* dejó su trabajo para dedicarse a una firma de diseño que acababa de crear con sus compañeros de Bellas Artes. En estos tres hechos aparentemente aislados ha resultado estar, casi una década después, el germen de una carrera que cuajó la semana pasada: la de Alasdhair Willis, el cual, al centrarse en el diseño, acabó de director creativo de Hunter, una marca de botas que, desde que las llevó Kate Moss un día de 2005, ha intentado capitalizar su popularidad haciéndose chic. Y si el hecho de que unas botas venidas a más debutaran en la Fashion Week de Londres la semana pasada recibió tanta atención mediática fue, en parte, porque Alasdhair Willis es yerno de Paul McCartney y padre de cuatro de sus nietos gracias a su matrimonio con la diseñadora Stella McCartney. Todo sin necesidad de que se hablara del aspecto real de las botas en cuestión.

¿Eso es todo?

En realidad, la vida de Willis ha sido más industriosa de lo que denota su debut: ya en la carrera estaba más interesado en los productos de lujo y en sus poseedores que en los bohemios (“Era el único estudiante que usaba rayos UVA”, contó un compañero convenientemente anónimo a The London Evening Standard) y desde entonces no ha hecho prácticamente nada que le alejara de ese mundillo. “Tras la universidad, ejercí de artista hasta que sucumbí a la necesidad inevitable de tener dinero”, rememoró para Interview. Esa necesidad le llevó al estético mundillo de las revistas y al poco estaba fundando la suya junto con el periodista Tyler Brûlé: Wallpaper*.

¿Y entonces?

El éxito de la revista le abrió las puertas al indescriptible mundo de lo exclusivo, lo estético y lo famoso. Willis dejó a su novia, se compró un coche nuevo y en 2001 tuvo un desayuno de trabajo con una joven promesa del diseño llamada Stella McCartney. Dos años después estaba casado con ella. Dejó Wallpaper* y creó una firma con la que representar a diseñadores, vender obras y aconsejar a famosos como Madonna, Gwyneth Paltrow o David Beckham. Molesto, como confesaría años después, de que creyeran que tanto ascenso se debía a su mujer y no a su talento para relacionarse, dejó la firma y terminó aceptando el puesto de director creativo de Hunter. Ya no era un visitante en el mundillo. Ahora era un habitante.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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