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Cuatro mujeres que abrazaron o huyeron del judaísmo ultraortodoxo

La novia Rivka Hannah, con la cara cubierta durante el rito de una boda ultraortodoxa en Jerusalén. MENAHEM KAHANA (AFP)
La novia Rivka Hannah, con la cara cubierta durante el rito de una boda ultraortodoxa en Jerusalén. MENAHEM KAHANA (AFP)

Por ANNA GARCÍA

Mea Shearim es un barrio viejo y desgastado de Jerusalén donde el reloj se paró hace dos siglos. Aquí hombres vestidos de negro y mujeres de extrema modestia han hecho un pacto eterno y sin fisuras con Dios. Pero detrás de esta imagen seriada, propia de un reportaje antropológico del National Geographic, hay una sociedad compleja, de múltiples matices, que se rige, única y exclusivamente, por los textos bíblicos y la palabra de sus rabinos. Se trata de los ‘haredim’, los que temen a Dios.

En la comunidad judía ultraortodoxa son las mujeres las que tienen el poder y el deber de reforzar la cadena (“Creced y multiplicaos”, Génesis). Son ellas, cargadas de críos, las que salen a trabajar fuera de casa. Ellas alientan a sus maridos a estudiar los textos sagrados a tiempo completo. Ellas, centradas en cuidar su belleza interior, asumen el papel de transmitir a sus hijos pequeños un mundo minado de reglas, ritos y ceremonias. Y ellas, guardianas, protagonizan el libro Orgullosas y asfixiadas, un viaje de dos años de la mano de cuatro mujeres que me abrieron las puertas de sus rincones más personales. Cuatro voces, cosidas de referencias bíblicas, que me han permitido realizar un dibujo insólito de una sociedad cerrada a cal y canto al exterior.

La madrileña Raquel y la barcelonesa Jana se convirtieron al judaísmo para acabar plantadas en la estricta observancia. Orgullosas de estar donde están, asumen con naturalidad la separación de género y el baño de purificación al que estan obligadas todas las mujeres dos semanas después del inicio de la última menstruación. Durante este tiempo evitan cualquier contacto con el marido.

La historia de Raquel está marcada por el drama de no haber podido tener hijos porque el vientre reproductor de la mujer es el centro de gravedad de la comunidad. De ahí sale el ejército de Dios, que cuanto más grande, más poderoso será. Sin descendencia, y tras diez años de matrimonio, el entorno empuja la pareja al divorcio.

Judith y Sarah, en cambio, hicieron el camino a la inversa. “Un día, a principios de los años 80, Judith Rotem, con treinta y ocho años, cogió a cinco de sus siete hijos y se fue de casa. Para siempre”. Así empieza el capítulo de una de las dos ‘asfixiadas’ que se atrevió a dejar el nido ultraortodoxo en aquella época. La lectura de libros seculares, libros prohibidos, ayudaron a la hoy escritora a esculpir una voz propia. Años después, una noche de 2007, la joven Sarah, que meses antes había abierto en secreto el blog Un agujero en la sábana, siguió los pasos de Judith. Dos mujeres revolucionarias, cada una a su manera, que quebraron los esquemas inamovibles que habían circulado por sus venas desde que mamaron la leche materna. Rechazadas por familiares, amigas y vecinas, tuvieron que aprender a construir una nueva vida en un planeta que les era totalmente desconocido.

Orgullosas y asfixiadas fija la mirada en el que es, para buena parte de la sociedad judía, ‘el otro conflicto’, después del árabe-israelí. A pesar de tener los bolsillos abiertos a las ayudas gubernamentales, los ultraortodoxos de Israel se desentienden del mercado laboral y del servicio militar, obligatorio, en cambio, para el resto de ciudadanos. Pero como no solo Dios puede resolver sus problemas cotidianos, hace tiempo que los estudiosos de la Torá también han entrado en la terrenal arena política.

Otra escena de la boda ultraortodoxa entre Rivka Hannah y Aharon Krois el pasado martes en Jerusalén. M. KAHANA (AFP)

Anna García es periodista y escritora, autora de Orgullosas y asfixiadas. Mujeres que abrazan o huyen del judaísmo ultraortodoxo (Lectio Ediciones).

Comentarios

Fabricar a "dios" a imagen y semejanza del fabricante es una técnica ideológica estupenda, por no decir, estúpida. O sea, ese "dios" fabrica a Eva con una costilla de Adán, y después la condena a ser sumisa. Nunca mencionan a las hijas de la pareja divina. Luego, no está claro si la prole siguiente -que da origen a la humanidad- fue un incesto entre hermanos. Lo divino nada tiene que ver con el invento literario disfrazado de sagrado..
El Gobierno ha concedido nacionalidad española a 3.5 millones de judíos sefardíes. Con su religión contra los derechos de las mujeres, las mujeres que tanto hemos luchado por los derechos en este país, tenemos un serio problema. Y no lo vemos porque es a 20 años. El Vaticano siempre planifica a largo plazo, llevan 2000 años, en el poder.
vergonzoso, denigrante , me quedo sin palabras. ¿Cómo se puede buscar voluntariamente pertenecer a esta secta y sentirse orgullosas??? qué horror
No compareis a los sefardies con los judios ultraortodoxos que la mayoria son originarios de paises del este emigrados a jerusalem...es como si comparas a Vicente Ferrer con Escriba de Balaguer. Un poquito de mas informacion.
Cristo era un moderno comparado con esta gente!Si en la época de Jesús ya se escandalizaban porque hablaba con mujeres en público! Si él les llamó hipócritas y sepulcros que están bleanquados por fuera pero por dentro tienen toda clase de inmundicia!Incluso les advirtió de que Dios les abandonaría si no le aceptaban como mesías, que es lo que indicaban todas las profecías que sería Jesús, y no hicieron caso de sus propios profetas. Si ya les dijo que colaban el mosquito y engullían el camello, porque se quedaban con la forma, el rito, de la ley, y habían olvidado totalmente el fondo, el espíritu. Las leyes de los judíos tenían un propósito, no eran rito vacío, pero ellos se encargaron de convertirlas en eso y olvidarse del Dios que las proclamó. Ya el propio Jehová desde el principio les fue mandando profetas para meterles en verada, y nada, chico, no hubo manera!.Y ahora siguen con aquello de que son el pueblo de Dios? Si Dios hace tiempo que les rechazó y escogió a un "Israel espiritual" y "no de carne"!Se han anclado en el pasado, pero no en el de hace dos siglos, sino en el de hace 3000 años.
Creo que he hay que huir del fanatismo se sea judío, cristiano, musulmán o lo que uno sea. A mi me gusta sentir paz y tal vez rezar con un árbol, el mar, las montañas, los animales en sus hábitats......
¿Por qué no hay crítica alguna en el texto a esta otra cara del fundamentalismo? Los dobles estándares...
Los fanatismos de cualquier índole, siempre atrofian la percepción, e impiden las libertades.

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