Comparativa de esquí: Saint-Lary, Grandvalira y Formigal
Estamos en plena temporada blanca así que hoy toca hablar de esquí. Aquí va una comparativa de tres de las estaciones que más me gustan de los Pirineos: Saint-Lary, Grandvalira y Formigal
SAINT-LARY (FRANCIA)
Lo mejor de esta estación de esquí francesa del distrito de Bagnères-de-Bigorre, a solo 20 kilómetros de España por el túnel de Bielsa, es su gran y variado dominio esquiable. Unos 100 kilómetrosde pistas divididos en tres sectores con mucha diversidad de descensos. Hay suficientes pistas verdes y azules en el Pla d’Adet, en la cota 1.700, para contentar a debutantes y público más familiar, e interesantes pistas rojas y negras por las cotas 1.900 (Espiaube) y 2.400 (Vallon du Portet) para los más cañeros.
En general ofrece pistas anchas, de mediana longitud y bien trazadas, para disfrutar de un esquí intenso si tienes buen nivel. Y suficientes negras y fuera de pistas adrenalínicos para satisfacer a los amantes del free-ride. Otro de sus aspectos positivos es el decorado que la envuelve: un entorno grandiosode alta montaña, con grandes panorámicas de la vertiente norte de los Pirineos en días soleados, y zonas como la del lago d L’Oule, de gran belleza natural. Junto al lago hay un albergue y un restaurante al que puedes llegar aunque no seas esquiador (existe un forfait especial para senderistas invernales que permite usar los remontes sin esquís). Cuenta con tres restaurantes en pistas (hay un cuarto en construcción) que evitan tener que volver al núcleo para comer.
St. Lary es también famosa por su alta capacidad hotelera, lo que redunda en precios muy económicos en temporada media y baja. El núcleo urbano es un coqueto pueblo pirenaico en el fondo del valle con cierto ambiente nocturno en temporada alta, pero no está junto a las pistas: hay que tomar un funicular o un telecabina. O subir en coche hasta la cota 1.900, donde también hay alojamientos (apartamentos y un hotel muy básico).
Para los amantes del relax tras una jornada de esquí, existe un balneario público en el centro del pueblo (Sensoria), pequeño pero suficiente para quitarse el “mono” de spa.
Lo que menos me gusta. La espina de Saint Lary son los remontes; pese a las últimas inversiones, todavía quedan muchas sillas obsoletas y lentas y amplias zonas servidas con telearrastres. Está previsto un ingente programa de inversiones en los próximos años. El regreso de las cotas 1.900 y 2.400 se hace por una única pista que se colapsa a última hora; colas que también se montan en las dos cabinas de regreso al pueblo.
GRANDVALIRA (ANDORRA)
Es el mayor dominio esquiable de la península Ibérica, con 210 kilómetros de pistas en pleno corazón pirenaico. Lo mejor de esta estación andorrana es que es difícil hacer colas porque cuenta con seis accesos diferentes, 63 remontes muy modernos (la mayoría desembragables) 110 pistas de todos los tamaños y grado de dificultad, 3 áreas de freestyle, 32 restaurantes de altura y una capacidad de transporte de 94.500 esquiadores a la hora.
Se trata de una estación de las llamadas familiares con mayoría de pistas de dificultad baja o media muy apropiadas para el esquí tranquilo y para todos los niveles. Aunque también ofrece zonas de free-ride, snowparks y algunos fuera de pistas controlados para los pirados de la adrenalina.
Otro de sus puntos positivos: la excelente y variada restauración en pistas. Encuentras desde buenos restaurantes gastronómicos a quioscos de comida rápida repartidos por todo el dominio; algunos de ellos tan encantadores como el restaurante Llac de Pessons, rodeado de un paisaje pirenaico sublime.
Son muy activos también con el apresquí y lasofertas de ocio: desde salir cuando cierran la estación con una de las máquina retrac que arreglan las pistas, a tomarte un cocktail en el Vodka-Bar de las pistas de Grau Roig o darte una sesión de aguas termales en el excelente Sport Wellnes Mountain Spa, de Soldeu. Ofrece también muchas posibilidades de alojamiento para todos los precios, desde hoteles sencillos y apartamentos baratos en Pas de la Casa al memorable cinco estrellasSport Hotel Hermitage & Spa, situado a pie de pistas en el sector Soldeu.
Lo que menos me gusta. El talón de Aquiles de esquiar en Andorra, no solo en Grandvalira, siempre es el mismo: el cuello de botella que supone pasar la frontera en fines de semana y puentes y cruzar todo el país hasta las pistas. Se ha mejorado algo la situación con nuevos túneles, pero las colas en fechas señaladas son inevitables. Es algo inherente a la intrincada geografía del país.
FORMIGAL (HUESCA, ESPAÑA)
Es la principal de las estaciones del grupo Aramón y la demayor dominio esquiable de España: 137 kilómetros de pistas. Una estación para todos los públicos ubicada en la cabecera del valle de Tena y rodeada de un espectacular paisaje de alta montaña. Cuenta con cuatro accesos diferentes y escalonados en altura que agilizan las colas de entrada y garantizan que casi siempre haya nieve en alguno de los sectores, además los aparcamientos son amplios y gratuitos.
Tiene pistas azules largas y amplias, muy apropiadas para debutantes y noveles, y buenas zonas de rojas y negras por las cotas altas para esquiadores más expertos. Los amantes del fuera de pista tienen también un sinfín de posibilidades, aunque con fuerte riesgo de aludes. Es una estación que cuida también mucho la animación y la restauración en pistas, con opciones muy chic como el iglú de la zona de Sarriós (con champán y sushi) o restaurantes panorámicos como la Trattoria Cantal, en la estación superior del telesilla de ocho desembragable.
No hay núcleo urbano a pie de pistas; el más cercano es el pueblo de Formigal, desde el que funciona un servicio de buses hasta los remontes.
Lo que menos me gusta. Los remontes del valle de Izas (sector Sarrios) son muy obsoletos y lentos, una pena porque es una de las zonas más bonitas de la estación. Los partes de nieve y la previsión meteorológica y de pistas abiertas en su web son “optimistas” en exceso y poco de fiar.
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